El presidente de Argentina, Javier Milei, aseguró su amor por sus "hijitos de cuatro patas", como se refiere con cariño a sus perros, según El País; sin embargo, existe una polémica historia detrás de estas mascotas, debido a la clonación de los mismos.
La historia de Milei gira en torno a su difunto perro Conan y los cuatro clones que le siguieron, la cual obtuvo una importante atención pública cuando el presidente, durante una entrevista en la CNN con Andrés Oppenheimer, corrigió al reportero.
En lugar de confirmar que poseía cuatro perros, afirmó que tenía cinco, lo que generó especulación mediática y debate. El incidente se extendió más allá de la simple propiedad de mascotas, tocando temas más amplios de transparencia y verdad en su administración.
Curiosamente, el WSJ le pidió al presidente una foto actual con sus perros, a lo que contestó "tengo fotos, pero no las muestro", mostrándose irritado, según lo indicó el diario financiero.
La complejidad se profundiza con las revelaciones de "Loco", una biografía no autorizada de Juan Luis González. En ella se revela que, tras la muerte de Conan en 2017, el presidente Milei hizo clonar al mastín inglés en Estados Unidos.
¿Javier Milei tiene cuatro o cinco perros? Las mascotas clonadas del presidente
El WSJ relató también que la clonación tuvo un valor monetario de $51.200, una cifra que no parece encajar con la declaración de bienes que presentó Milei ante la Oficina Anticorrupción.
Estos clones, según relatos respaldados por asociados y una médium llamada Celia Melamed, no son sólo mascotas sino que continúan el legado de Conan, desdibujando las líneas entre el pasado y el presente.
La respuesta del portavoz de Milei, Manuel Adorni, cuando se le pregunta por la discrepancia de los perros, se desvía del tema, resaltando que Milei se centra en los asuntos nacionales por encima de las excentricidades personales.
Sin embargo, estas observaciones sirven de mención para los críticos que sostienen que la interacción de Milei con su mascota invisible podría reflejar cuestiones más profundas relativas a su comprensión de la realidad.
Incluso el expresidente Alberto Fernández se refirió con humor a su propia mascota, destacando lo extraño de la situación de Milei sin comprometerse directamente con ella.
Esta crítica discreta muestra el desconcierto y la preocupación entre el público y las figuras políticas acerca de un líder que se comunica con lo que muchos consideran una ilusión.
