El presidente Joe Biden viajará a Israel el miércoles, informó la Casa Blanca, para una muestra de apoyo al país después de que Hamás matara a más de 1.400 israelíes en un ataque terrorista.
Este gesto que se produce cuando se espera que Israel lance una contundente invasión terrestre en represalia a Gaza, acción que ha suscitado preocupaciones humanitarias.
El presidente trabajará para obtener la mayor cantidad de información posible sobre la situación de los rehenes estadounidenses que tiene Hamás, confirmó el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, en una sesión informativa con periodistas el lunes por la noche.
Kirby enfatizó que Estados Unidos no había pedido garantías de que Israel no lanzaría su invasión terrestre mientras Biden estuviera de visita en el país.
“No estamos dictando términos ni instrucciones operativas a los israelíes. No queremos ver una escalada. Queremos asegurarnos de que la asistencia humanitaria comience a fluir”, comentó Kirby.
Aun así, los funcionarios estadounidenses esperaron para anunciar el viaje de Biden a Israel el lunes por la noche hasta recibir compromisos del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sobre un paquete humanitario, según las declaraciones que dos agentes le dieron a The Washington Post.
Plan humanitario: otro objetivo de Biden en Israel
El secretario de Estado, Antony Blinken, recibió garantías durante una reunión maratónica en Tel Aviv esta semana y luego anunció que Biden estaría de visita.
Durante la reunión de siete horas y media, funcionarios israelíes y estadounidenses negociaron acciones humanitarias, incluida la llegada de ayuda a Gaza y la creación de zonas seguras para los civiles palestinos, informó un funcionario del Departamento de Estado, que habló en condición de anonimato.
Aunque Blinken elogió un acuerdo sobre las acciones humanitarias, su anuncio incluyó pocos detalles, probablemente una indicación de que persisten diferencias entre los dos aliados.
La provisión de ayuda humanitaria es delicada en Israel, especialmente entre los políticos de extrema derecha vinculados a Netanyahu que lo han presionado para que emprenda una invasión terrestre en Gaza en respuesta al ataque terrorista.
La Casa Blanca está profundamente preocupada por el hecho de que el conflicto se convierta en una conflagración regional más amplia, y Biden ha advertido a otros actores, en particular a Irán, que no intervengan. Su visita a Israel podría subrayar ese mensaje.
A los funcionarios también les preocupa que la ira en los países árabes, donde muchos ciudadanos sienten una profunda simpatía por la causa palestina, pueda desbordarse y crear presión para que sus líderes tomen medidas contra Israel.