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Nuevos ciudadanos piden reforma

Con banderas de Estados Unidos en mano y durante una emotiva ceremonia en el Distrito de Columbia, 20 inmigrantes juraron como ciudadanos estadounidenses, el jueves 6.

Entre ellos, Ever Méndez de El Salvador,  Diego Achury de Colombia, y Pablo Enríquez de Bolivia, quienes cantaron por primera vez el himno nacional estadounidense moviendo sus banderitas en la Biblioteca Mount Pleasant.

“Es un gran día para mí, por saber que ya soy parte de esta gran nación. Pero sigo preocupado por mis compatriotas sin papeles”, manifestó Méndez.

Ésta fue una ceremonia realizada en conjunto entre el Servicio de Inmigración y Ciudadanía de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) y la organización pro inmigrante CARECEN.

En lo que va del año fiscal 2013, 377.000 inmigrantes han solicitado la naturalización, según cifras del USCIS. En 2012, la agencia recibió  899.162 solicitudes.

Los nuevos ciudadanos que juraron el jueves dijeron que es esencial que la reforma habilite a una ciudadanía, para, entre otras cosas, ejercer el derecho a votar.

“Los inmigrantes sí quieren ser parte de este país. Sí quieren ser ciudadanos y contribuir con todas sus facultades a esta gran nación”, dijo recientemente el activista Gustavo Torres, director de CASA de Maryland, que lidera el movimiento local por una reforma migratoria integral.

En mayo,  el Comité Judicial del Senado aprobó por 13 votos a favor y 5 en contra la propuesta que legalizaría a unos 11 millones de indocumentados.

La medida —presentada por un grupo bipartidista de ocho senadores, cuatro demócratas, cuatro republicanos— incluye una vía a la ciudadanía, mediante un proceso que tomaría entre 10 y 13 años.

La propuesta avanza. Este martes 4, el líder de la  mayoría en el Senado, Harry Reid (D-Nevada), anunció que presentará entre el lunes 10 y el viernes 14 el proyecto para que sea debatido en el pleno del Senado.

La batalla no será fácil. Se necesitarán 60 votos para aprobar la medida. Convencer a los republicanos de extrema derecha de aprobar la propuesta tal como está planteada será la tarea más difícil.

El senador Marco Rubio (R-Florida), coautor de la propuesta y miembro del llamado Grupo de los  Ocho, se reunió el miércoles 5 con sus colegas más conservadores, a quienes es díficil “venderles” la idea de otorgar un camino a la ciudadanía para los millones de inmigrantes sin papeles.

Rubio dijo que, si se quiere el respaldo de la bancada en el Senado y en la Cámara de Representantes, el proyecto debe incluir más normas para asegurar las fronteras.

“A medida que avanzamos a toda velocidad, vamos a mantener nuestros ojos en el objetivo final, para asegurar que este proyecto de ley amplio y equilibrado reciba el apoyo que necesita en el Senado”, dijo Ali Noorani, director ejecutivo del National Immigration Forum.

El miércoles 5, un grupo de niños cuyos padres fueron deportados le dieron el toque emotivo a este proceso, pidiéndole a Barack Obama que reúna a sus familias.

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