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DC: la memoria de los museos se guarda en 3D

APARATO. El láser que permite escanear las piezas.


           
   

Paula Andaló/ETL

APARATO. El láser que permite escanear las piezas.

IMAGEN. En tres dimensiones de un hueso.


           
   

Paula Andaló/ETL

IMAGEN. En tres dimensiones de un hueso.

Los 19 museos que conforman el Smithsonian —17 en DC y 2 en Nueva York— cuentan con una colección en total de 137 millones de objetos. De ellos, sólo un pequeño porcentaje es el que ven los visitantes en las exhibiciones permanentes.

Pero pronto, miles de piezas que actualmente se encuentran en depósitos no accesibles al público estarán preservadas en tres dimensiones (3D) gracias a una tecnología de avanzada que logrará que estos objetos históricos, en algunos casos prehistóricos, puedan verse en internet, utilizarse para educación o para proyectos de investigación.

“Esta información se va a usar para apoyo en investigaciones en el Smithsonian, y también como una herramienta de acceso público”, explicó Vince Rossi, quien lidera el “Proyecto de Digitalización de 3D del Smithsonian”  junto con Adam Metallo.

El Smithsonian ha priorizado 86.000 pies cúbicos de material archivado —unos 14 millones de objetos—, que ya está siendo digitalizado, que incluye piezas como huesos, reliquias, papeles, cráneos, fósiles y fotografías.

“Este material será muy importante para futuras generaciones, es una suerte de memoria colectiva de la Humanidad y de la naturaleza en 3D”, explicó Metallo durante una demostración realizada ante periodistas, mientras digitalizaban un hueso de ballena.

El desafío de Metallo y Rossi los ha llevado a tener largas jornadas de trabajo, ya que la tarea de escanear los objetos debe ser precisa y extensa: no es lo mismo escanear al mamut que descansa en una de las entradas del Museo de Historia Natural que a una pequeña y antigua piedra.

La tecnología que utilizan es sencilla y no invasiva, ya que una prioridad es no dañar las piezas durante el proceso de escaneo.

Así, con aparatos láser, los científicos logran capturar la geometría, por ejemplo, de un cráneo humano, o de uno animal, con una perfección micrométrica.

Para escanear cada pieza hacen falta miles de “disparos”, que automáticamente van reproduciendo en la computadora el objeto en cada detalle, ranura, marca o raya, como si fuera un clon en 3D.

Si bien tienen la tecnología de su lado, un temor, explicó Metallo, es que ésta quede obsoleta en pocas décadas. Por eso, otro de los desafíos críticos que enfrentan es que la preservación no tenga        fecha de caducación.

¿El objeto más particular que han escaneado hasta ahora? Una orquídea del Jardín Nacional.

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