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Chávez, amigo de todos menos de EE.UU.

De izq. a der. el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de Bolivia, Evo Morales y de Nicaragua, Daniel Ortega en octubre de 2009,durante el cierre de la VII Cumbre de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA).


           
   

EFE

De izq. a der. el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de Bolivia, Evo Morales y de Nicaragua, Daniel Ortega en octubre de 2009,durante el cierre de la VII Cumbre de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA).

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, es conocido en el mundo entero por su carácter y sus sonados enfrentamientos con otros líderes políticos, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

Entre sus frases más recordadas  están: “Aquí estuvo el Diablo porque huele a azufre”, al criticar las palabras del ex mandatario estadounidense George W. Bush, con quien nunca tuvo buenas relaciones, durante la 61 Asamblea de las Naciones Unidas en septiembre de 2006. O cómo olvidar el enfrentamiento entre el presidente Venezolano con el Rey de España cuando éste le dijo a Chávez  “¿Por qué no te callas?”. Esto ocurrió en noviembre de 2007 cuando Chávez insultó al ex presidente de España, José María Aznar, tildándolo de “fascista” durante la Sesión Plenaria de la XVII Cumbre Iberoamericana.

Pero a pesar de estos encontrones, Chávez también se hizo de muchos aliados en Latinoamérica y el mundo, algunos controversiales como el fallecido dictador de Libia Moammar Gadaffi.

El mandatario venezolano visitó Libia en seis ocasiones para firmar, según documentos, 150 convenios. Sin embargo, sólo ocho fueron publicados en la Gaceta Oficial de Venezuela.

Por supuesto cultivó una profunda amistad, una relación padre-hijo con Fidel Castro. Castro y Chávez se visitaron innumerables veces, compartieron médicos, maestros y gasolina. Y las ideas de una revolución compartida.

En 2001 se publicó el primer acuerdo que incluía cooperación cultural, científica y educativa. En 2009 se oficializó un acuerdo en educación superior que incluía el intercambio de docentes, estudiantes y materiales de estudio. En diciembre de 2010 Chávez firmó en su última visita un documento que destacaba la  creación de un fondo de promoción de inversiones entre Libia y Venezuela, cuyo monto no se especifica, pero que se había dicho oficialmente que sería de $1.000 millones en partes iguales.

Gadaffi, que estuvo en el poder por 42 años, murió en octubre de 2011 después de una larga y sangrienta batalla entre el Gobierno y los rebeldes.

En esa ocasión Chávez catalogó a Gadaffi de un “mártir” y dijo que lo habían “asesinado”.

Otro de sus grandes amigos fue el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, a quien le llamo “querido hermano” en su última visita a Venezuela en enero de 2012. El mandatario iraní, ha sido fuertemente criticado por sus posturas sobre la fabricación de armas y equipo nucleares y por amenazar a Estados Unidos.

Ahmadinejad y Chávez dijeron durante que aquella visita oficial que lucharían contra la pobreza y el imperialismo. Ambos presidentes tenían en común, además de su fuerte oposición contra Estados Unidos, el ser líderes de naciones que estaban entre las principales exportadoras de petróleo.

Irán y Venezuela firmaron más de 270 acuerdos, entre ellos: negocios en la construcción de proyectos, autos y fábricas de tractores. Y también acuerdos sobre iniciativas energéticas y programas bancarios.

En Latinoamérica Chávez nunca estuvo sólo. Siempre contó con el fiel apoyo de los mandatarios de Nicaragua, Daniel Ortega; de Bolivia, Evo Morales; de Ecuador, Rafael Correa; de Argentina, Cristina Fernández; y del ex presidente brasileño Lula da Silva.

No es secreto que uno de los más beneficiados con la relación con Chávez fuera Ortega, quien desde 2007 recibía una millonaria ayuda de Venezuela.

Nicaragua recibía al menos $500 millones que eran parte de los múltiples acuerdos bilaterales que se firmaron.

Bolivia es otro país que quedaría a la deriva. Morales también recibía millonarias sumas de dinero de Chávez para impulsar educación, vivienda, tecnología y la lucha contra el narcotráfico.

Por ahora la ausencia de Chávez, obliga a un reacomodo de las fuerzas de América Latina en la cual Brasil podría consolidar consolidaría su liderazgo regional, en el bloque de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).

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