Nelson Ayala supo desde pequeño que la perseverancia, la educación y el deseo inquebrantable de triunfar son los ingredientes necesarios para alcanzar el éxito en la vida.
Cuando era todavía un adolescente y recogía algodón en El Borbollón,El Salvador, decidió venir a los Estados Unidos a labrarse un mejor futuro y aunque no tenía ni idea de cómo hacerlo, sabía por su padre Odilón Cortez y su madre, Rosalía Ayala que el camino al éxito siempre empieza en la escuela.
Con esa idea cruzó la frontera. “Fue un viaje duro porque para esta travesía no hay recetas”, dice.
“Cada cruce es particular y el mío fue de 18 días caminando, algunas veces tomaba el tren, o montaba en barco o simplemente nadada hasta que logré franquear la línea. Fue un viaje difícil, pero nunca imposible porque aquí estoy”, añade con una sonrisa.
“Pasar al otro lado lo transforma a uno y lo convierte en mojado, indocumentado, ilegal, latino, o en hispano. Yo no entendí lo que esto significaba hasta el día siguiente de mi llegada cuando empecé a lavar platos en el Astor, un restaurante griego ubicado en la calle M en Washington DC”, explica Ayala y enfatiza que pronto se dio cuenta de que “si quería alcanzar algo en este país, tenía que empezar por aprender el idioma”.
Ayala estudió durante cuatro años hasta que pudo matricularse en la universidad para estudiar Contabilidad. Allí recuerda una época difícil ya que los profesores criticaban su acento y su incipiente manejo de la calculadora. Sin embargo, esta barrera lejos de desanimarlo, se le convirtió en un desafío.
“A mí los reveses en vez de desanimarme me motivan”, dice. “Así que en vez de dejarme vencer, lo que hice fue que me compré una calculadora y pasé las noches enteras practicando hasta que aprendí a manejarla. Al poco tiempo le demostré a todos que era capaz de graduarme y fundar mi propia empresa. Yo estaba decidido a triunfar y a pesar de las situaciones adversas no archivé mis planes ni mis sueños para esperar mejores tiempos”.
Hoy es propietario de Ayala y Asociados, una empresa de contabilidad pública ubicada en el Distrito de Columbia. Esta empresa contribuye con la comunidad latina a través del Caucus Salvadoreño Empresarial, una organización sin ánimo de lucro, fundada por Ayala en el año 2006.
El propósito de esta entidad es reunir a los empresarios y profesionales hispanos del área metropolitana para ayudarse mutuamente y para brindar becas a estudiantes salvadoreños. Hasta el momento se han entregado más de $74,000 en becas a estudiantes del área metropolitana.
Para aspirar a las becas, los estudiantes deben tener un GPA por encima de los 2.0 y reunir todos los requisitos académicos exigidos por la entidad. Para mayor información sobre este programa hay que visitar www.cse-dc.org.
“En Ayala y Asociados hemos decidido extender la ayuda a estudiantes que se encuentran en El Salvador. Por esta razón, hemos establecido una alianza de cooperación con AEXBAN, Asociación de Ex-Becarios Bancaja, una Asociación ubicada en El Salvador para apoyar un programa de residencia universitaria”, explica. El programa incluye gastos de estudio, vivienda y textos para jóvenes que estén estudiando una carrera profesional.
“El compromiso por parte del Caucus es apoyar a estos jóvenes desde el inicio hasta el final de sus estudios, siempre y cuando mantengan buen rendimiento académico”.
Nelson Ayala participa activamente en varias entidades locales como Unidos por Intipuca y la Asociación Salvadoreña de Ayuda. También es miembro del Better Business Bureau en Maryland, Virginia y Washington, DC y Co-fundador de la Cámara Salvadoreña Americana de Comercio, que abrió sus puertas en el año 2008.
Se siente orgulloso de su matrimonio de 38 años con María E. Ayala y de ser padre de dos hijos Félix y Jessica Ayala.
También dice sentirse orgulloso de sus amigos, sus colegas y clientes, quienes lo han apoyado en las aventuras de ayudar a los estudiantes hispanos para que puedan educarse y competir mejor en el mercado laboral de este país.