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“Mis hijos son un regalo de Dios”

EN DETALLE

Información de la Sociedad Nacional del Síndrome  de Down:

• NO ES RARO. El síndrome de Down es una condición genética que ocurre frecuentemente. Uno de cada 691 niños nacen con el síndrome de Down. Es decir, casi 6.000 nacimientos por año en Estados Unidos. En este país hay 400.000 personas con el síndrome de Down.

•EDAD DE LA MADRE. El 80 por ciento de niños nacidos con síndrome de Down nacen de madres menores de 35 años de edad. Sin embargo, la incidencia de estos nacimientos sí aumenta con la edad de la mujer. Una mujer de 35 años tiene una probabilidad de uno en 350 de concebir a un niño con síndrome de Down. A los 45 años la incidencia es aproximadamente de 1 en 30.

•INCLUSIÓN. Las personas con síndrome de Down se están integrando a la sociedad, pero aún falta mucho más por hacer.

•AYUDAS. visitar www.ndss.org. A nivel local Unidos por Amor, llamar al 703-843-6933.

Si algo le sobra en su hogar a la familia Moreno-Campuzano es el amor. El matrimonio mexicano que reside en Stafford, Virginia tiene tres niños con síndrome de Down y la dedicación que la pareja presta a sus menores es única.

Su recompensa no se hace esperar: los besos y abrazos de parte de los tres pequeños son un motor en el hogar. “Yo creo que nuestros hijos son tres milagros de vida. Un regalo de Dios para nosotros”, expresó el martes 18, María Campuzano. “Son tiernos, amorosos y una bendición”, agregó.

Campuzano y su esposo José Luis Moreno —quienes tienen 11 años de casados, 10 de ellos viviendo en este país— son una de las pocas familias que tienen más de dos niños con síndrome de Down, pero no son casos raros.

El síndrome de Down es una condición genética que ocurre frecuentemente. Se produce cuando el bebé nace con un cromosoma extra , una copia del #21. Es decir que en lugar de tener 46 cromosomas nacen con 47.

En Estados Unidos, uno de cada 691 niños nace con esta condición, según datos oficiales. Expertos señalan que cada vez nacen más niños con esta condición.

“Con mi primer niño me dijeron que tenía el síndrome cuando estaba en la semana 20 de gestación; con el segundo no lo detectaron hasta cuando nació y con el tercero, prácticamente me sugirieron que abortara porque iba a nacer con muchas complicaciones”, contó Campuzano.

“Pero aquí están los tres con nosotros y se encuentran sanos, gracias a Dios”, expresó la madre.

José Luis es el hermano mayor,  tiene 7 años. Cuando nació tenía una afección cardíaca. “Lo operaron y mejoró”, dijo la mujer.

El segundo es Sahid, de  5 años y el tercero, Jesús de 3. “Mis hijos se desarrollan como cualquier otro niño. Hacen todo lo que hacen los demás, aunque es un reto porque les cuesta más para lograr las cosas. Pero lo hacen”, manifestó.

Campuzano está dedicada a los niños a tiempo completo. “Mi esposo es el único que trabaja porque yo tengo que tomar turno entre las terapias de uno, las clases del otro y los tiempos para ayudarlos con las tareas….Pero eso es normal también en cualquier hogar con tres niños pequeños”, sonrió Campuzano.

A diferencia del pasado, “hoy en día las personas con síndrome de Down están siendo integradas en los sistemas de educación regular, y toman parte en deportes, campamentos, música, programas de arte, y algunas otras actividades de sus comunidades”, dice la Asociación Nacional del síndrome de Down (NDSA, que desde 1979 aboga por los niños y sus familias.

Hoy viernes 21 es el Día Mundial del Síndrome de Down, que crea conciencia sobre los derechos de los niños y adultos que tienen esta condición genética.

“Mis niños van a la escuela. Los más pequeños están en clases prekinder y José Luis en primer grado. Recién acaba de recibir un diploma de ‘mejor amigo’”, dijo la mamá. En febrero, participó en una audición de modelaje en Falls Church. Si es elegido, participará en mayo en la gala realizada por  Global Down Syndrome Foundation en DC. Durante la audición José Luis Moreno, abrazó a sus niños. “Son mi tesoro”, expresó.

La meta de los padres es que sus hijos sean independientes, se gradúen, trabajen y se integren por completo a la sociedad, un hecho que ya ocurre con miles de adultos con síndrome de Down.