Orquesta Don Bosco, una muestra de paz y talento

WASHINGTON, DC.— “Soy salvadoreño de corazón y si no me había nacionalizado antes era porque no lo encontraba prioritario para cumplir mi misión en el país”. Con esa humildad se expresó José María “Pepe” Moratalla Escudero, al ser consultado si después de 30 años ya se sentía salvadoreño.
Moratalla es un sacerdote salesiano que desde que llegó a El Salvador en 1985, se sensibilizó con las penurias de una comunidad afectada por la pobreza, la violencia, el flujo migratorio y una sangrienta guerra civil.
Moratalla llegó ese año a la primaria del colegio Don Bosco, cercano a la comunidad Iberia en Soyapango, recorrió las comunidades marginales, dio charlas, quedó motivado y le surgieron las ganas de hacer algo con los barrios más necesitados del sector.
Después de conocer toda la problemática de las comunidades en el basurero y quebrada de esa comunidad, donde no había trabajo, jóvenes que se dedicaban a delinquir, más gente que llegaba desde el interior y alta vulnerabilidad a las pandillas y la violencia, Moratalla quiso dar un espacio más digno a estas personas para ayudarlos a salir de la marginalidad.
Hoy, con más de tres décadas en ese país, Moratalla es considerado como un “héroe” por toda su gestión en la Fundación Educación y Trabajo (EDYTRA) del Polígono Industrial Don Bosco de San Salvador, en la que ha cumplido parte de sus metas.
Así lo demostraron los niños y jóvenes músicos de la Orquesta y Coro Sinfónico Polígono Industrial Don Bosco, quienes cumplieron una emotiva gira cultural en Washington entre el 26 y el 30 de abril, en la que brindaron cuatro exitosos conciertos incluidos uno en el John F. Kennedy Center y otro en el Banco Mundial.
“Aquí hay muchachos que sólo tienen un año en el grupo, se trata de despertar al gigante dormido del talento y la pasión por la cultura”, dijo Moratalla a El Tiempo Latino el lunes 27 de abril en Washington, DC. “La idea es recibir y asumir esta lección que ellos nos están dando de la solidaridad. Ellos nos enseñan que para que las cosas nos puedan salir bien tenemos que hacerlas en equipo”, expresó. Moratalla fue reconocido como “un héroe”, por Hugo Martínez, canciller de El Salvador, quien presenció el concierto en el Kennedy Center.
Pero con esa humildad que le brota a flor de piel, el “padre Pepe” insistió en que los verdaderos héroes son los jóvenes, “gigantes dormidos que no logran despertar sus cualidades” sin el apoyo de la sociedad.
Con la fundación del Polígono Don Bosco, aquel basurero de la comunidad Iberia se convirtió en un Instituto Tecnológico, que alberga cinco talleres, un polideportivo, un conglomerado de pequeñas empresas industriales, una policlínica, un comedor de alumnos, casas de internamiento, una confederación de cooperativas industriales y tres asociaciones agrícolas.
“Estamos apostando por un nuevo concepto de la patria, con desarrollo. Lo queremos hacer a través de la educación y la producción”, puntualizó Moratalla quien asegura que se están sentando las bases no sólo para parar la emigración sino para que los que se han ido regresen a su patria.
“Estamos trabajando con gente que está en Estados Unidos para que regrese a El Salvador y desarrollen sus proyectos productivos allá, en los cantones donde ellos vivían”, admitió. “Queremos evitar la migración que daña a las familias y deja a los niños solos, aislados y perdiendo los valores y los principios fundamentales de la familia”, continuó.
Miles de jóvenes, algunos provenientes de pandillas y niños de la calle en riesgo social han recibido formación en los talleres de EDYTRA y, posteriormente, han fundado sus propias empresas.
Sobre la orquesta, los músicos y el viaje Moratalla expresó. “Muchos de esos niños están vivos porque están con nosotros, porque encontraron el espacio libre y en vez de estar en la calle, están aquí cultivando el arte. Ahora están inmersos en un proceso educativo productivo, ideal para ellos”, añadió Moratalla.
“Vinimos con nuestra música para recordarles sus orígenes a los salvadoreños, su idiosincrasia y para decirles que allá los estamos esperando porque en El Salvador queremos generar oportunidades dignas para que las familias puedan regresar adonde nacieron”, concluyó el padre Moratalla.