El premio le fue otorgando por Luis Almagro Lemes, Secretario General de la OEA. Lo acompañaron el Embajador de México ane la OEA Emilio Rabasa Gamboa, y el Embajador de México ante la Casa Blanca, Miguel Basáñez.
Armando Manzanero, originario de Merida, Yucatan, México, es la primera persona en recibir el galardón "Patrimonio Cultural de las Américas" por parte de la OEA.
En la noche de premiación al compositor mexicano Armando Manzanero, se sirvieron platillos preparados basados en la gastronomía yucateca.
Armando Manzanero, agradeciendo el reconocimiento que recibió por parte de la Organización de Estados Americanos el viernes 20 de noviembre.
El compositor, productor y músico mexicano Armando Manzanero, recibió el galardón “Patrimonio Cultural de las Américas” por su amplia trayectoria internacional en el mundo de las artes. El premio, le fue otorgado por Luis Almagro Lemes, Secretario General de la Organización de Estados Americanos, el viernes 20 por la noche, en la capital del país.
El embajador de México ante la OEA Emilio Rabasa Gamboa, dió la bienvenida al galardonado quien vino acompañado de Laura, su esposa. Después del discurso, donde mencionaba la trayectoria de Manzanero y los efectos que su música ha influído en las personas en cuestiones del amor, se dió paso a la entrega del reconocimiento, invitando al podio al Secretario General de la organización Luis Almagro Lemes, quien se hizo acompañar del embajador ante la Casa Blanca Miguel Basáñez.
“Siento una gran emoción de que me suceda esto con cosas en donde interviene la música. Soy un apasionado de la música”, dijo Manzanero después de recibir el galardón y un diploma de manos del secretario Almagro Lemes.
Durante esta velada de premiación, un piano ya esperaba ser tocado por las manos de este gran compositor originario de Mérida, Yucatán. Manzanero, contó a través de sus experiencias personales, cómo la musa de la inspiración hacía presencia en sus creaciones. La manera en que este compositor contaba algunas de sus anécdotas venían acompañadas de un toque gracioso, picarezco y audáz.
“Después de hacer una temporada bastante larga en ese país que tanto amo como es el Perú, yo me involucro mucho con la canción criolla, con el vals peruano. Cuando regreso a México, escribo un vals peruano que dice así: ‘Adoro, la calle en que nos vimos, adoro, la calle en que nos vimos, adoro, las cosas que me dices, nuestros ratos felices los adoro, vida mía”. Manzanero, hace una pausa y dice “esta canción fue escrita como un vals peruano”. Trancurriendo el tiempo, Manzanero menciona que llegando el día para grabar, la persona que lo dirigía en ese momento, Rubén Puestes, le dice que haga esta misma canción pero que en balada. En ese momento, el compositor vuelve a poner sus manos en el piano y el sonido se transforma en algo más suave y sutil.
Como seguimiento de la historia que existe detrás de esta canción, Manzanero recuerda con nostalgia a su abuela Rita. “Lo más bello que a mí me pudo haber pasado es criarme con mi abuela. Y un día se me ocurre dar un concierto con un tenor en –hace una pausa, dando entender que olvidó el nombre del lugar, y la gente se ríe-, recuerdo que fue en un lugar donde estan mis ancestros, todos los mayas. Ese día me dirigí al cielo como si mi abuela hubiera estado ahí”, y el cantautor comienza a cantar la misma canción ‘Adoro” en la lengua Maya.
Con la voz ronca que lo caracteriza, Armando Manzanero –quien en diciembre cumple 81 años-, dijo sentirse orgulloso de sus orígenes. Entre melodía y melodía, mencionaba lo importante que lo hace sentir haber heredado la sangre de la civilización Maya.
“Mi abuela y yo nos comunicabamos en maya. Un día me dijo, más bien me predijo, que cuando yo me enamorara de verdad, el amor era mucho más profundo de lo que la gente piensa. Lo primero que te va a hacer falta, va a ser tiempo. Al tener las obligaciones, van a contrariar todo lo que tú amas porque vas a querer estar a solas con ese ser que amas”. Aquí, el galardonado de la noche de manera graciosa y alburera cuenta la historia del día en que se casó. Laura, su esposa no es solo más joven que el compositor, sino que además de doblarle la edad, ella es lo doble de alta que la estatura de ahora su esposo. “Cuando salimos de la iglesia, todos echaban arroz…A mí, me echaban vitaminas”, los invitados no pueden contener la risa y Manzanero continúa con la anécdota. “Los invitados seguían gritando, ¡si vas a poder!, ¡Con todos los años que tienes, ponle corazón, ponle imaginación! ¡Arriba Armando! ¡Arriba Laurita! Y mi padre que todavía vivía les dijo, dejen que se acomoden como quieran”, la gente entre risas, no paraba de aplaudirle. Y de esta nueva historia de amor, la inspiración vuelve a tocar al compositor con otra de sus famosas melodías “Nos hizo falta tiempo”.
Una noche fría, pero con un cielo despejado donde la luna transmitía su belleza, el compositor de Yucatán Armando Manzanero, regaló una noche en donde los asistentes fueron afortunados en disfrutar de una personalidad única y donde por seguro los Dioses Mayas Itzamná (el Dios de la sabiduría), Ak Kin (Dios del Sol), Ix U (Diosa de la luna) y su abuelita le aplaudieron y felicitaron por la enorme aportación y el sello de sensibilidad, humildad y carisma que le sigue aportando a la humanidad.