21 de Septiembre, 2011 — Evitar subir de peso en las fiestas de fin de año puede parecer tan imposible como una Navidad sin juguetes. Sin embargo, es factible que, con un poco de planificación, lleguemos al primero de enero con el mismo peso que teníamos antes de Halloween.
No voy a ser aguafiestas sugiriendo hacer dieta en estos días de pernil, jamón, picadas, ponche de huevo y vino, galletitas y todo tipo de postres, horarios agitados y fallas al gimnasio. La época navideña es un reto para los amantes de la salud y la buena figura, incluso para los que tienen voluntad de hierro. El problema es que si ganamos peso, éste no desaparecerá cuando desmontemos el arbolito de Navidad.
Como nadie quiere comenzar el año nuevo teniendo que deshacer el daño causado a la figura durante las fiestas, he aquí algunos consejitos que nos permitirán divertirnos sin abandonar del todo nuestros hábitos saludables. Y no perdamos de vista que la fuerza de voluntad es como un músculo que se fortalece a medida que se utiliza.
No te comprometas con lo que no puedes cumplir
Es fácil fijarse metas muy altas como “dejar del todo las harinas”. Pero estos objetivos poco realistas pueden causar más frustraciones que satisfacciones. Además, tampoco son la mejor manera de lograr y mantener un peso estable en el largo plazo. Es mucho más efectivo establecer objetivos más específicos y alcanzables que pueden marcar una diferencia en nuestros hábitos alimenticios y estilo de vida. Por ejemplo, “comer una ensalada abundante todos los días” o “caminar 7000 pasos de lunes a viernes” son objetivos más factibles.
Una comida “mala” no significa que arruinaste tu día
Tan sólo porque comiste un opíparo desayuno con pancakes, huevos fritos, tocino, mantequilla y rollo de canela, esto no significa que vas a tirar por la borda el resto del día y a comer cualquier cosa. Una mala comida te da la oportunidad de comer otras dos muy buenas.
También está la opción del ayuno intermitente al día siguiente, que funciona muy bien.
Pésate los días que puedas
Hazlo con el estómago vacío y te servirá para corregir errores a tiempo.
Es mejor algo de ejercicio que nada
No utilices la excusa de que no tienes tiempo para hacer ejercicio por los compromisos sociales que tienes. Trata de planificar tu horario de entrenamiento de antemano. Incluso si tienes que cambiarlo o reducirlo, ya habrás hecho un compromiso contigo mismo y es más fácil cumplirlo cuando ya lo tienes planeado.
Si sólo cuentas con 10 o 15 minutos ¡perfecto! Planea una rutina que podrías hacer incluso en tu dormitorio. Por ejemplo, brincar en un trampolín pequeño mientras ves el noticiero, hacer flexiones o algo de yoga, subir y bajar escaleras o simplemente caminar.
Pon siempre una proteína y una fibra en tu plato
No dejes de servirte una porción de pavo, pollo o pescado – bajos en grasa – y acompáñala por vegetales, ya sea en la cena de tu fiesta o en tu cena rutinaria. También puedes optar por una proteína vegetal como quinua, lentejas o frijoles.
Las proteínas y la fibra pueden ayudar a mantener un peso saludable, porque su consumo está asociado con una mayor saciedad, comparada con la que resulta cuando comemos carbohidratos u otros alimentos procesados.
No dejes de comer antes para comer después
Cortar calorías durante el día para poder disfrutar de la cena en un evento por la noche puede predisponerte a comer más de la cuenta. Saltarte el desayuno o el almuerzo con el fin de “reservar calorías” para la fiesta al final del día, puede no ser la mejor táctica de mantenimiento de tu peso. Entonces ¿qué es lo mejor que puedes hacer? Mantén tus comidas normales de tamaño razonable, lo que mantendrá satisfecho tu apetito y controlará tu impulso de devorar lo que tienes en frente más tarde, porque estarás muerto de hambre. Apunta hacia las frutas y los vegetales, cereales enteros y proteína magra.
Come y mastica lentamente
Comer lentamente puede no ser fácil cuando las opciones que tenemos en frente nos están tentando. Pero vale la pena masticar a un ritmo lento. Cuanto más rápido comemos, menos tiempo tendrá nuestro cuerpo para manifestar la plenitud. Así que desacelera y tómate tu tiempo para saborear cada bocado.
La ley de los tres mordizcos
Aplícala para los postres. Así satisfarás tus deseos de algo dulce.
No te prohíbas lo que más te gusta
Por último, una sugerencia fácil de practicar. Es inteligente reconocer algunos antojos, en lugar de tratar de ignorarlos. Satisfacer el antojo que tienes – siempre y cuando no te extralimites – puede frenar el deseo de comerlo más de la cuenta, más adelante.
Prohibirte un alimento o un grupo de alimentos específicos durante la temporada navideña sólo los hará más atractivos. ¿Quieres más del dulce de tres leches después de comer una porción? Pues no lo hagas. Distrae tu mente con otros pensamientos agradables y el pensamiento de comer más postre desaparecerá. Muchos estudios muestran que soñar despierto acerca de actividades agradables o distraerse con cualquier otra actividad puede reducir la intensidad de los antojos, en general.
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