Si bien Tom Brady está a las puertas de disputar su séptimo Super Bowl, y potencialmente convertirse en el mariscal de campo más ganador de todos los tiempos con cinco anillos, no todo ha sido color de rosa durante la presente temporada.
Impulsada principalmente por el comisionado Roger Goodell, Brady tuvo que cumplir una suspensión de cuatro partidos relacionada con el caso de los balones desinflados que se presentó en la Final AFC correspondiente a la campaña 2014. Tras un tedioso proceso legal, el quarterback terminó aceptando la sanción por el bien de su equipo y familia, pero nunca dejó de señalar la injusticia que consideraba se estaba cometiendo.
Una vez definido el panorama, y según los números, Brady convirtió todo en una dosis especial de motivación que para la historia podrá traducirse en 3554 yardas, 28 touchdowns y solo 2 intercepciones (temporada regular).
En los playoffs tampoco lo ha hecho nada mal, acumulando 671 yardas, 5 pases de anotación y también 2 intercepciones, lo que ha generado la posibilidad de que termine reencontrándose con Goodell en la ceremonia de premiación posterior al gran juego que se disputará en Houston. A pesar de que evita a toda costa visitar Foxborough, el Comisionado asegura que no tendría problema alguno en condecorar a Brady:
“En lo más mínimo, estamos frente a una gran oportunidad protagonizada por dos equipos dominantes que se han ganado el derecho de estar ahí. Tom Brady es uno de los mejores de todos los tiempos, sin duda futuro miembro del Salón de la Fama, así que sería todo un honor”.
La mesa está servida, tanto para un gran juego entre dos ofensivas trepidantes como para una novela paralela que, sin duda alguna, vendería muchos ejemplares. El Super Bowl LI está programado para el domingo 5 de febrero a partir de las 6:30 p.m. (Hora del Este de los Estados Unidos).
Por otra parte, el director de eventos de la Liga Eric Finkelstein, adelantó en rueda de prensa, que el partido se jugará sobre el mismo césped artificial que utilizó durante la temporada regular el equipo local de los Texans de Houston.
Sólo serán colocadas algunas partes nuevas donde van a ir los logotipos de los dos equipos que compiten por el título de campeones, y el de la Super Bowl.
Finkelstein también confirmó que el partido se jugará con el techo retractable del estadio abierto y sólo en caso que haya lluvia quedará cubierto.
Aunque no será hasta el sábado cuando la NFL tome la decisión oficial de si abrirá o cerrará el techo retráctil del estadio para el partido. Por ahora, los trabajadores se preparan para ambas posibilidades, corriendo el techo un día, como ocurrió el martes, y descorriéndolo a la jornada siguiente.
“Lo ideal es que el partido se juegue con el techo descubierto y como es lógico estaremos pendiente de las condiciones climatológicas que se puedan dar para tener lista la opción de que quede cubierto sin ningún tipo de problema”, destacó Finkelstein. “Trabajar en Houston te permite todo tipo de opciones que te facilitan dar en todo momento soluciones”.
Aunque la labor de dar los últimos preparativos del que se considera el mayor espectáculo deportivo del año en Estados Unidos siempre es un reto, Finkelstein aseguró que la celebración de la Super Bowl será todo un éxito.
“No podemos calcular el número de horas que todavía nos quedan por delante ni el número de personas que van a trabajar, algunas con horarios de 24 horas seguidas, ni cuantas van a colaborar de una manera u otro, pero todo marcha por muy buen camino”, señaló el máximo directivo de la NFL encargado de la organización del evento.
Finkelstein subrayó que montar la Super Bowl se trata de un proceso muy largo en el que se requiere de una gran precisión en cada uno de los trabajos a realizar porque de lo contrario todo se trastoca.
“Es un proceso muy largo. El monto de preparativos y el tiempo que se requiere para tener lista la Super Bowl en general suma años. No es algo que ocurra de la noche a la mañana”.
Sin embargo, Finkelstein admitió que no había desafíos especiales para preparar el estadio, especialmente si se trata del NRG Stadium de Houston, que tienen una excelente ubicación y dimensiones que facilitan mucho las cosas a los organizadores.
“Cada año es diferente, uno va a enfrentar oportunidades y retos distintos y hay que lidiar con eso”, señaló Finkelstein “Aquí el espacio es muy flexible. Nos da la oportunidad de hacer diferentes cosas. Hay mucho espacio, un gran aparcamiento, muchas áreas para construir estructuras que no necesariamente cabrían en otros mercados. Así que esto nos da una gran oportunidad de hacer una gran Super Bowl”.
Sin embargo, insistió que entre las incontables tareas que deben realizarse antes del partido, pocas son más importantes que tener el terreno de juego en perfectas condiciones, dado que será el escenario de exposición permanente.
El gran responsable de que el campo luzca impecable es Ed Mangan, director de campos de la NFL, que aseguró, al igual que Finkelstein, que son pocos los cambios que se van a hacer el césped del NRG, dado que se va a utilizar el que tuvieron los Texans toda la temporada.
Sólo se han reemplazado las dos zonas de anotación y la parte donde se encuentra la línea de la yarda 50, que fue necesario cambiar para que la NFL pudiera sustituir los logotipos de los Texans con los de los Patriots, los Falcons y la propia Super Bowl.
Pero no se trata sólo de que el campo luzca bien por arriba sino que se debe asegurar que la base está perfecta para que los jugadores puedan rendir al máximo, no tengan ningún tipo de lesión y también se puedan realizar adecuadamente todas las actividades, como será colocar el escenario para la actuación en el medio tiempo de la cantante estadounidense Lady Gaga.
“Tiene un estrato inferior de arena y goma”, explicó Mangan. “Hay que cerciorarse de que estos dos materiales se combinen de la forma apropiada, con la debida suavidad, trabajando con las estadísticas de conmociones cerebrales, de modo que si caes y tu cabeza pega en el piso, pueda rebotar”.
Mangan aseguró que esa contextura de la base también debe permitir que el césped no sufra ningún tipo de deterioro durante todo el proceso de montar y desmontar el escenario para el evento musical del medio tiempo, que ya es también un clásico de la Super Bowl.