La lista de “cosas por hacer” del Presidente Donald Trump aún incluye la reducción de la inmigración legal. Los economistas dicen que es un “grave error”.
Una encuesta del Washington Post hecha a economistas durante el fin de semana encontró que el 90 por ciento dijo que es una terrible idea para Trump frenar la inmigración a Estados Unidos. Los expertos predijeron abrumadoramente que disminuiría el crecimiento, lo cual es exactamente lo contrario de lo que Trump quiere hacer con “MAGAnomics” (el plan del gobierno de Trump para que la economía crezca 3%. Su nombre deriva del slogan de campaña Make America Great Again).
“La restricción de la inmigración sólo nos condena a tasas de crecimiento económico crónicamente bajas”, dijo Bernard Baumohl, economista jefe del Grupo de Perspectivas Económicas. “También aumenta el riesgo de la recesión”.
Thomas Simons, economista jefe de la firma de inversión Jefferies, calificó la idea de “absolutamente perjudicial para una economía con una población que está experimentando la transformación demográfica”.
La conclusión es: Los Estados Unidos necesitan más trabajadores. El crecimiento ocurre cuando pasa una de dos cosas: La economía consigue más trabajadores o los trabajadores existentes son más productivos. En este momento, ambos factores tienen alerta roja. El crecimiento de la productividad es lento y, como ha señalado Trump muchas veces, el porcentaje de adultos estadounidenses que realmente trabajan, la tasa de participación de la fuerza de trabajo, está en los niveles más bajos desde los años setenta.
Una gran parte del problema es que la generación conocida como baby boomers (nacidos después de la II Guerra Mundial) están empezando a jubilarse. Estados Unidos necesita más gente para reemplazarlos, pero la tasa de natalidad en Estados Unidos acaba de alcanzar un mínimo histórico, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Es por eso que la mayoría de los economistas, demógrafos y dueños de negocios siguen pidiendo más inmigración, no menos.
“Limitar la inmigración a los Estados Unidos es un grave error”, dice Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics. “La única forma de aumentar significativamente el crecimiento económico de Estados Unidos de manera sostenida en cualquier momento es aumentar la inmigración”.
Durante la campaña, Zandi predijo que las posturas proteccionistas de Trump sobre el comercio y la inmigración llevaría a una “larga recesión”. Según los modelos económicos de Zandi, la peor política de Trump fue su plan de deportar a 11 millones de inmigrantes ilegales actualmente en el país.
Ahora la reducción de la inmigración legal es una parte importante de la discusión política.
El Congreso y la Casa Blanca están lidiando con una serie de problemas. La inmigración parecía estar al margen hasta que un muy citado informe de Politico publicado la semana pasada dijo que los principales ayudantes de Trump están trabajando activamente con los senadores republicanos Tom Cotton de Arkansas y David Perdue de Georgia para reducir la inmigración legal hasta en un 50 por ciento. Sería una versión revisada de la Ley RAISE que los senadores introdujeron en febrero, lo que reduciría el número de refugiados permitidos en cada año y haría mucho más difícil la inmigración para cualquiera que no sea cónyuge o hijos menores de edad de ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes.
Trump todavía ve la acción respecto a la inmigración como una parte crítica de su agenda. Habló de eso en su viaje a Francia la semana pasada.
“Lo que me gustaría hacer es un plan integral de inmigración”, dijo el presidente a periodistas en su camino a París. “Pero nuestro país y las fuerzas políticas aún no están listos”.
Si Trump no puede hacer una mayor reforma del sistema de inmigración como él quiere, es probable que presione por algo como la Ley RAISE. Trump cree que Estados Unidos necesita limitar la inmigración, tanto legal como ilegal, para dar a los trabajadores en casa una mejor oportunidad. Una de las propuestas en la que está pensando los senadores Cotton y Perdue es en reducir el número de residencias permanentes (green cards) emitidas legalmente de 1 millón al año a 500.000 en la próxima década.
La manera en que Trump refleja a los inmigrantes es como aquellos que quitan puestos de trabajo a los estadounidenses. Pero los datos parecen contar una historia diferente.
El desempleo de Estados Unidos es del 4,4 por ciento. En mayo, el desempleo alcanzó el nivel más bajo desde 2001, un hito que Trump celebró. Eso implica que no hay mucha gente luchando por encontrar trabajo. Al mismo tiempo, Estados Unidos tiene 5.7 millones de puestos de trabajo, lo que está cerca de un récord. Ha sido así desde hace un año. Los líderes empresariales de grandes y pequeñas empresas se quejan de que no pueden encontrar suficientes trabajadores. Han dicho públicamente que no son capaces de encontrar suficiente gente trabajos para los cuales se requiere estar realmente poco calificado, de bajos salarios y también para puestos de trabajo muy altamente calificados.
Tome como ejemplo a Bayard Winthrop. Es fundador y director ejecutivo de American Giant, una compañía que Slate dijo que produce la “sudadera con capucha más grande jamás hecha”. American Giant hace esas camisetas, una obra maestra, usando solamente trabajadores de EEUU, algodón de EEUU y fabricación en EEUU. En otras palabras, Winthrop es la encarnación viviente del “Hecho en EEUU”, un movimiento que Trump está tratando de resucitar. Sin embargo, uno de los mayores problemas que enfrenta Winthrop es que no hay suficientes trabajadores estadounidenses quieren hacer el duro trabajo de recoger algodón.
“Si usted va a través de nuestra cadena de suministro y habla con una gran parte de los negocios que están desmotando el algodón, realizando el proceso de teñido y acabado de algodón, lo que se escucha bastante universalmente es que tienen puestos de trabajo abierto, pero pocas personas realmente quieren estos puestos de nivel de principiante, trabajos de bajos salarios”, dijo el lunes en una entrevista con la radio WAMU. Su mensaje a Trump es: “Haga que la inmigración sea mucho más accesible”.
Trump ya está atendiendo las peticiones de trabajadores con menos calificaciones. Su administración acaba de superar las visas para los trabajadores extranjeros de temporada en 15.000, un aumento del 45 por ciento respecto al año pasado.
Hay poco amor entre economistas y líderes empresariales para que haya un 50 por ciento de reducción en la inmigración en general, pero hay un creciente apoyo para que EEUU tenga un sistema de inmigración más basado en el mérito. La idea es atraer a más trabajadores inmigrantes que Estados Unidos necesitan desesperadamente. Por el momento, sólo el 15 por ciento de las residencias permanentes se emiten por razones laborales, según los datos del Departamento de Seguridad Nacional.
“Hay un caso para la adopción de un sistema al estilo de Canadá de “puntos”por el cual se da preferencia a las personas con habilidades deseadas”, dice Martin Barnes, economista jefe de BCA Research en British Columbia, Canadá.
La inmensa mayoría de los inmigrantes legales están ingresando al país porque son parientes de alguien que ya está en los Estados Unidos. Se le conoce como “inmigración en cadena”, y la Ley RAISE quiere limitar eso sustancialmente para que sólo los cónyuges e hijos puedan venir con un parientes que ya tenga visa, y no con más parientes.
Desde el punto de vista económico, la clave es conseguir más trabajadores con las habilidades deseadas en el país. Es por eso que la comunidad de tecnología está haciendo tanta presión para obtener más visas H-1B.
Los inmigrantes también tienden a iniciar más negocios. Mientras que los fundadores de emprendimientos en Silicon Valley son glorificados, la realidad es que la nueva formación de negocios en Estados Unidos está cerca de un mínimo en 40 años. Eso preocupa mucho a Carl Tannenbaum, economista jefe de Northern Trust.
“Los países que se hacen colectivamente más viejos son aquellos donde se conceden menos patentes, comienzan menos negocios pequeños y toman menos riesgos con capital”, dice Tannenbaum. Todo eso daña el crecimiento económico.
Tannenbaum está preocupado no sólo de que Trump reduzca la inmigración en el futuro, sino que la retórica antiinmigrante de Trump y el controversial veto migratorio ya están animando a las mejores mentes jóvenes del mundo a buscar en otros lugares sus estudios universitarios e inicios de sus carreras.
“Si los niños inteligentes se educan en otro lugar, los Estados Unidos experimentarán un drenaje de talento que sin duda vamos a lamentar”, advierte.
(Traducción El Tiempo Latino/El Planeta Media)