WASHINGTON – La administración de Trump, buscando dinero para construir el muro multibillonario que el presidente tiene planeado para combatir la inmigración ilegal, está considerando recortes significativos en la Guardia Costera, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) y otras agencias enfocadas en amenazadas a la seguridad nacional, de acuerdo al borrador del proyecto.
La propuesta, realizada por la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB, por sus siglas en inglés), también reducirá el presupuesto de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), la cual provee asistencia para desastres naturales como huracanes o tornados. El presupuesto de 9.1 billones de dólares de La Guardia Costera en el 2017 será recortado 14 por ciento a un aproximado de 7.8 billones de dólares, mientras que los presupuestos del TSA y el FEMA se reducirán 11 por ciento cada uno, a 4.5 billones de dólares y 3.6 billones de dólares, respectivamente.
Los recortes se proponen aún cuando el presupuesto planificado para el Departamento de Seguridad Nacional, que los supervisa a todos ellos, crecería 6.4 por ciento a 43.8 billones de dólares, de acuerdo al plan, que fue obtenido por The Washington Post. Alrededor de 2.9 billones de dólares irían a la construcción del muro en la frontera entre Estados Unidos y México, con 1.9 billones de dólares para financiamiento de centros de detención de inmigrantes y otros gastos de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), y 285 millones de dólares serían apartados para contratar 500 agentes de Patrullas Fronterizas y mil más agentes y empleados para ICE.
El plan coloca a la administración en la inusual posición de intercambiar gastos de programas de seguridad por otras prioridades de seguridad en la frontera sur, levantando preguntas entre legisladores Republicanos y expertos en seguridad nacional.
“El presupuesto da prioridad a las operaciones de los organismos de seguridad del Departamento de Seguridad Nacional, propone inversiones cruciales en la seguridad de la frontera y financia el desarrollo continuo de protecciones robustas de ciber seguridad”, dice el proyecto. “El presupuesto implementa de manera agresiva el compromiso del Presidente de construir una pared física en la línea fronteriza del sur”.
De manera general, el financiamiento de ICE incrementara alrededor de 36 por ciento, a 7.9 billones de dólares, mientras el presupuesto de la Protección de Aduana y Frontera incrementará 27 por ciento, a 14.2 billones de dólares.
Michael Short, portavoz de la Casa Blanca, advirtió el martes que la administración de Trump todavía se encuentra en la etapa temprana del proceso de formación del presupuesto, el cual la administración enviará al Congreso a finales de este mes. Short y el portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, David Lapan, remitieron otras preguntas al OMB, la cual no respondió a solicitudes de comentarios.
“Intentar hacer conclusiones tan temprano sería extremadamente prematuro”, dijo Short.
El Representante Duncan Hunter, Republicano por California, quien apoyó la campaña de Donald Trump a presidente y supervisa el subcomité de Guardia Costera y transporte marítimo del Comité de Transporte de la Cámara, cuestionó si los oficiales de la OMB se encuentran alineados con el Presidente Trump, citando el rol del servicio marítimo en la detención de la inmigración ilegal y el flujo de drogas a Estados Unidos desde Suramérica.
“OMB siempre ha tratado a la Guardia Costera como una “alcancía” que pueden utilizar cada vez que necesitan dinero para algo más”, dijo Hunter. “Si el presidente quiere ser serio acerca de ir detrás de los carteles y las redes de narcotráfico, esto no tiene sentido”.
El recorte de la Guardia Costera incluye desactivar los Equipos de Respuesta de Seguridad Marítima, los cuales llevan a cabo patrullajes contraterroristas en puertos y vías marítimas sensibles, y cancelaría un contrato con Huntington Ingalls Industries para construir el quinto buque de seguridad a nivel nacional, con un ahorro potencial de 500 millones de dólares.
Rick “Ozzie” Nelson, un antiguo piloto de helicóptero de la Marina y experto en seguridad nacional a través del Centro Para Estudios Estratégicos e Internacionales, dijo que las decisiones dejarían de lado los servicios en misiones en los que podrían ser efectivos.
“¿Si ellos no están ahí para hacerlo entonces quien estará ahí?, dijo Nelson acerca de la seguridad de puertos. “No vamos a sacar destructores y fragatas de la costas para proteger esos puerto. Esa es parte de la capacidad y la misión de la Guardia Costera”.
En el TSA, los recortes de presupuesto que se proponen, que fueron detallados primero por Politico, eliminaría cuatro programas que cuestan a la agencia 187 millones de dólares. Los programas han sido considerado piezas vitales para seguridad aeroportuaria y para la prevención de la repetición del 11 de Septiembre de 2001 y cualquier secuestro de avión luego de encontrarse en el aire.
El entrenamiento que se conoce como el programa de “piloto armado” y que comenzó después del 9/11, será eliminado para ahorrar 20 millones de dólares. La intención del entrenamiento era preparar a pilotos y miembros de la tripulación para un intento de secuestro armado del avión.
“Si tu fueras uno de los cuatro aviones secuestrados el 9/11 seguramente dirías que es importante”, dijo el antiguo administrador del TSA, John Pistole. “Para mí es una inversion relativamente pequeña para el potencial de su valor como mitigante de riesgo. Se trata acerca de qué tanto riesgo quieres aceptar. Yo estaría a favor de una reducción del programa pero no su eliminación”.
Adicionalmente, 57 millones de dólares se ahorrarían mediante el recorte de un programa que envía equipos armados con gran entrenamiento y agentes uniformados para rastrear aeropuertos, estaciones de trenes y terminales de buses. Son comúnmente conocidos como los equipos VIPR por sus siglas en inglés (Respuesta y Prevención Intermodal Visible en español) y fueron asignados al Aeropuerto Nacional Reagan, al Aeropuerto Internacional Washington Dulles, al Aeropuerto Marshall Internacional de Baltimore-Washington, Amtrak’s Union Station y a estaciones de metro del Distrito de Columbia para resguardar en contra de ataques terroristas en la toma de posesión de Trump.
También se eliminarán los 45 millones de dólares de subsidios que los organismos de seguridad local usan para el patrullaje en aeropuertos y sus alrededores.
El cuarto programa que se eliminaría es el de agentes del TSA especialmente entrenados para vigilar comportamientos de pasajeros en los aeropuerto, particularmente a medida de que las personas se acercan a los puntos de control para determinar quiénes actúan de manera aparentemente extraña.
La propuesta presupuestaria dice que 65 millones de dólares también podrían ahorrarse eliminando el programa de Oficiales de Detección de Comportamiento. El valor del programa fue cuestionado por la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno en un reporte de 2013, pero Pistole, quien en ese entonces encabezada el TSA, respondió que significaba una “capa crucial de seguridad” que trajo a la atención de los organismos de seguridad a 2 mil 116 pasajeros en 2012, resultando en 30 prohibiciones de salida y 183 arrestos.
En FEMA, un espacio del gobierno federal cuyos presupuestos fueron fortalecidos luego de los ataques terroristas de 2001 y el Huracán Katrina, las reducciones propuestas recortarían programas cuya efectividad han estado bajo crítica. Investigaciones de amenazas de bio-vigilancia y otras investigaciones y trabajos de desarrollo que obtienen decenas de millones de dólares al año en financiamiento federal recibirían un golpe de 28 por ciento. Los ejemplos de estos programas son descritos en la propuesta presupuestaria como que “han fallado en mostrar resultados significativos”.
Pero el plan de gastos, el cual cortaría 361 millones de dólares del presupuesto de FEMA de 3.5 billones de dólares, también eliminaría o reduciría el compromiso federal de ayudar a estados y gobiernos locales a prepararse para desastres naturales a través de entrenamientos, salarios y beneficios para empleados, coordinación y equipos modernos. Estos subsidios ayudan a las comunidades a prepararse para emergencias , y para que gobiernos locales y estatales puedan coordinar y responder rápido.
Otros programas requerirían que localidades y estados contribuyeran más de lo que contribuyen ahora.
Oficiales de manejo de emergencias destacaron que FEMA ha promocionado y refinado el sistema de respuesta nacional que requiere que las comunidades locales sigan las mismas estrategias de respuesta. Los recortes perjudicarían ese progreso, según dijeron, y resultarían en una respuesta a emergencia menos sofisticada.
“Cuando propones no sólo recortes pero recortes ‘draconianos’, tu habilidad para responder a desastres puede causar pérdidas de vidas y daños en propiedades”, dijo Nick Crossley, el Director de Manejo de Emergencias del Condado de Hamilton en Ohio y primer Vice-Presidente de la Asociación Internacional de Manejo de Emergencias, la cual representa 4 mil oficiales locales alrededor del país.
Agregó que vaciando el dinero ahorrado de FEMA a la seguridad fronteriza sería “catastrófico”.
“La defensa y seguridad en la frontera son importantes”, dijo. “Pero estás dañando el sistema nacional que nos hace un país más fuerte cuando se trata de estar preparados para desastres”.
Dueños de viviendas en áreas propensas a inundaciones también percibirían una sobrecarga en su seguro en contra de inundaciones, de acuerdo al documento, aunque se le ha pedido al OMB que proponga un plan para limitar el gasto extra de propietarios con viviendas de bajos costos.