El sábado 30 de junio se llevaron a cabo más de 700 protestas alrededor de los Estados Unidos en contra de la política de “cero tolerancia” que impuso el presidente estadounidense, Donald Trump, y que ha separado a miles de familias indocumentadas en la frontera entre Estados Unidos y México.
Estas manifestaciones fueron provocadas por las decisiones del mandatario frente a la situación migratoria que actualmente se vive en la frontera, para denunciar la violación de los derechos humanos y la separación de hijos y padres inmigrantes.
Más de 30 mil personas se reunieron en Lafayette Square, frente a la Casa Blanca, mientras la cantante Alicia Keys, la actriz América Ferrera y el dramaturgo de origen puertorriqueño Lin-Manuel Miranda lideraron desde el escenario la protesta bajo el lema “Families Belong Together – Las Familias deben estar Unidas”.
Una de las participantes en la marcha era la mexicana Ayleen Perry, quien desde temprano estuvo organizando la seguridad para tener una protesta tranquila. “Estamos esperando que miles de manifestantes se reúnan al frente de la Casa Blanca para darle a conocer al gobierno del presidente Trump que estamos unidos y que vamos a luchar por reunir a estas familias hasta el final”, dijo Perry temprano por la mañana, mientras se esperaba a la multitud.
Ademas de los hispanos y otros inmigrantes protestando, se hicieron presentes muchos estadounidenses. Adrew, quien pidió ser reconocido solo por su primer nombre, envió un mensaje a nuestros lectores diciéndoles que existen muchas maneras de luchar por esta causa, pero que él recomienda votar para hacer valer sus derechos. Julius, otro manifestante que pidió solo usar su primer nombre, aseguró que éste no sólo es un problema de los Estados Unidos, sino que es un problema de derechos humanos que nos afecta a todos porque “somos primero humanos y segundo ciudadanos”.
Familias hispanas también acudieron a la manifestación. Alejandra, quien nos pidió que usemos solo su nombre, es una boliviana cabeza de familia y madre de 3 hijos. “Los derechos de los inmigrantes son derechos humanos, todos tenemos derecho a vivir una vida libre, una vida digna, una vida donde uno puede lograr sus sueños y estoy acá con mis hijos para recordarles cuáles son sus raíces y que nosotros somos una familia inmigrante que vinimos a este país a buscar oportunidades”, dijo la latina sosteniendo una pancarta que decía “Las familias merecen estar unidas”. Alejandra hizo una invitación para todos los inmigrantes a reunirse, luchar y dejar claro que no se van a dejar vencer.
También asistieron organizaciones a esta protesta. Tuvimos la oportunidad de habla con la directora de Mil Mujeres, Lilian Medina, quien afirmó que la misión de su organización está completamente vinculada con ayudar a los inmigrantes y dijo que “es preocupante la situación que están viviendo estas familias y nuestro deber es ayudarles a través del programa de alcance comunitario que tenemos para que estas familias que están separadas puedan acudir a organizaciones que les colaboren con el proceso de reunificación”.

CASA BLANCA. Un grupo de manifestantes el último sábado de junio al frente de la Casa Blanca pidiendo que se detenga la separación de familias.
Durante los últimos meses, el gobierno del presidente Trump ha tomado acciones extremas que incluyen la separación de las familias inmigrantes en la frontera, la firma del decreto para reunificarlas, la cancelación del asilo por el fiscal general y el fallo del juez federal para retornar los niños a sus padres en un plazo de 30 días, y 2 semanas para los menores de 5 años.
Esta situación ha llevado a que miles de manifestantes se reunieran para que el gobierno garantice la reunificación de más de 2 mil 300 niños que han sido separados de sus familias, sin embargo la situación es preocupante porque el gobierno no está preparado para cumplir con este objetivo en el plazo indicado por el juez.
Se espera que la presión social, mediática y de otros actores políticos logren que el gobierno estadounidense tome acción y cumpla los plazos estipulados para reunir a estas familias indocumentadas que actualmente viven en la frontera del sur del país.