Para respaldar la información, indicó una de las fiscales, cuentan con testimonios de amigas y familiares de la joven que refieren que ella sufrió violencia mientras convivió con el imputado.
Urbina Velásquez enfrentó este lunes la audiencia inicial. El juez lo envió a prisión preventiva por seis meses y un Juzgado Especializado en la Mujer conocerá su caso por feminicidio agravado.
Según la investigación fiscal, Abarca fue asesinada el jueves 5 de julio en su apartamento, en la colonia Altos del Cerro, en Soyapango. El supuesto feminicida la apuñaló 40 veces en el abdomen y el tórax, y mutiló su cuerpo en siete partes, luego se deshizo de él entre San Salvador y Antiguo Cuscatlán.
La dos fiscales del caso indicaron al juez que la víctima fue asesinada porque no quería seguir en una relación con Urbina Velásquez. Ella se lo había dicho, e incluso, hasta llegó a hacer maletas para separarse de él, pero el imputado se opuso.
“Jocelyn fue vista como un objeto, como una cosa de su pertenencia que no podía dejar ir”, sostuvo una de las fiscales. Su colega también manifestó que la víctima “pedía a gritos” liberarse de él.
Cuando las autoridades allanaron el apartamento que compartía con el imputado hallaron dos libros: “El Perfume: historia de un asesino”, una novela ambientada en Francia y cuyo protagonista es un asesino en serie de mujeres, y “Violencia intrafamiliar, un grito en el silencio”, el cual se supone que la víctima leía para documentarse sobre lo que le ocurría.
Las representantes de la Fiscalía reiteraron que Urbina Velásquez ejerció una actitud misógina contra Abarca, la cosificó (convirtió en cosa) y su relación fue desigual. Por ejemplo, señalaron, que la víctima tenía que pedirle permiso hasta para pintarse o cortarse el pelo, el sujeto se burlaba por sus estudios universitarios y le reprochaba que su título no le iba a servir.
Abarca era egresada de la carrera de Psicología, con un crédito había comprado el apartamento en el que vivía con Urbina Velásquez y también tenía su propio carro, circunstancias que al parecer el imputado no toleraba, ya que él no había alcanzado un estudio universitario y se desempeñaba como colaborador de una distribuidora de agua.
La relación de los hechos de la Fiscalía establece que la noche del 30 de junio, la víctima se reunió con amigos, pero el imputado la acosó con llamadas. También le llamó a su familia, a su jefe y a los compañeros de trabajo para preguntarle su paradero, y por eso el imputado habría iniciado las discusiones.
Fuente: El Salvador