Las acciones hablan más que las palabras. Si el Consejo Municipal de DC toma en serio apoyar a nuestros residentes que no hablan inglés y permitir que la diversidad lingüística de nuestros vecindarios prospere, debe de enmendar y asignar fondos de la “Ley de Acceso Lingüístico (DC Language Access Act, por su nombre en inglés)”. Actualmente, esta legislación se mantiene estancada en el Consejo y por su presidente.
Hace catorce años, el Consejo de DC aprobó la ley, comprometiéndose con padres e hijos, abuelos, jóvenes, trabajadores y propietarios de pequeñas empresas a que ellos tendrían acceso a los recursos y servicios gubernamentales que merecen. Sin embargo, a casi 15 años de su aprobación, muchos residentes todavía no tienen el apoyo de un acceso lingüístico incluyente. De este modo, el incumplimiento de este compromiso dificulta la sobrevivencia de los residentes que no hablan inglés, excluyéndoles de la vida pública de la ciudad.
La Ley de Acceso Lingüístico fue aprobada en el 2004 gracias al activismo de la Coalición de Acceso Lingüístico de DC. Ante la ley, residentes que interactúan con una de las 39 agencias de gobierno de DC, incluso nuestras escuelas, pueden solicitar servicios en su lenguaje de predilección. La intención fue brindar protección contra la exclusión de beneficios públicos por la incapacidad de un individuo de no poder leer, escribir o hablar inglés. La intención fue facilitarles a los padres que no hablan inglés la oportunidad de participar en conferencias escolares, además de darle a 60 mil residentes, pertenencia. Un lugar empieza a sentirse como un hogar cuando uno se siente cómodo con uno mismo; y ser uno mismo está inextricablemente conectado con la comunicación en su idioma de preferencia.
Pero la promesa de esta ley se mantiene sin cumplir. Demasiadas agencias del gobierno de DC no cumplen con los requisitos de presentar documentos traducidos o fácil acceso a servicios de interpretación. En particular, los padres de hijos en las escuelas de DC, al no recibir la información indispensable que necesitan para verdaderamente integrarse a la educación de sus hijos.
Gracias a la iniciativa dirigida por estudiantes inmigrantes de escuelas secundarias, tenemos una enmienda ante la consideración del Consejo de DC que reforzaría la Ley de Acceso Lingüístico. La enmienda les requeriría a las escuelas tener a un coordinador de acceso lingüístico a tiempo completo si en la escuela existe una cantidad mínima de estudiantes cuyas familias no hablan inglés. Y establecería penalidades a cualquier agencia del gobierno de DC que no cumpla con los requisitos establecidos en la ley del 2004.
En los tres años de su introducción inicial, la enmienda ha sido unánimemente aprobada por el Comité Educativo y el Comité Judicial, pero por el último año, se ha bloqueado por el Comité del Plenario. El presidente del Consejo, Phil Mendelson, el pasado 5 de mayo, declaró en un debate de candidatos que atendía temas de inmigrantes, que el impedimento de la medida se debe a que ésta costaría unos 15 millones—pero yo pienso que nuestras comunidades inmigrantes merecen esto, como mínimo, para poder participar activamente de todo lo que ofrece nuestra ciudad.
Independientemente de lenguaje, incluyendo los más comunes que se hablan en DC—español, amhárico, vietnamita, coreano, árabe, bengalí, y francés—los residentes se merecen tener el derecho de recibir servicios en su lenguaje de predilección.
En DC, nos enorgullecemos de ser progresista, pero no podemos ser progresista si no somos inclusivos. Mientras nuestras comunidades inmigrantes siguen confrontando la injusticia del desplazo y la gentrificación, la falta de protección para trabajadores, descensos graves en las tasas de graduación y mucho más, el acceso lingüístico se convierte en algo igualmente importante. Yo quiero vivir en una ciudad donde todos puedan tener acceso a servicios esenciales y donde puedan participar en la vida pública, sin restricciones. El acceso lingüístico es clave para hacer de esto una prioridad.
Los inmigrantes son nuestra familia, nuestros amigos y nuestros vecinos. Son líderes en nuestras comunidades y en tiempos donde muchos están siendo atacados, es importante que saquemos la cara unos por los otros. Yo quiero estar seguro de que todos no solamente tengan voz, pero que sus voces se escuchen. Un programa de acceso lingüístico, verdaderamente inclusivo, no solamente garantizaría facilitar el acceso a servicios esenciales, si no que también les dará acceso a los procesos democráticos, para que puedan participar en aquellas iniciativas que mejorarían sus vidas y nuestra ciudad.
Es tiempo de asignar a fondos y reforzar los programas de acceso lingüístico, apoyando el día de hoy la enmienda a la Ley de Acceso Lingüístico.