Miles de manifestantes cerraron el aeropuerto internacional de Hong Kong este lunes, desafiando la intensificación de la represión policial, pues el gobierno de China ya había emitido advertencias que describían las protestas como “terrorismo” y comenzaron a agrupar a una fuerza paramilitar en una ciudad fronteriza del sur.
Algunos de los manifestantes que habían estado ocupando la sala de llegadas del aeropuerto se aglomeraron en la zona de salida, lo que provocó que las autoridades cancelaran todos los vuelos y recomendaran a los viajeros abandonar las adyacencias del concurrido terminal aéreo.
Una acción que se produjo en respuesta a un fuerte aumento del nivel de fuerza empleado por la policía de Hong Kong.
Al mismo tiempo, aumentaban los temores de que Pekín recurriera pronto a la acción militar para sofocar las protestas en el territorio semiautónomo.
El periódico nacionalista Global Times por su parte tweeteó un video que mostraba a los vehículos blindados de transporte de tropas chinos dirigiéndose hacia la ciudad sureña de Shenzhen, que limita con Hong Kong, antes de lo que el periódico llamaba “ejercicios a gran escala” de la Policía Armada Popular, una unidad paramilitar.
Con información de The Washington Post