Con un lapso que culmina, se estudia lo que dejó el tiempo. En un periodo de diez años muchas cosas cambian. Y es lógico; sin embargo, en el fútbol se vivió una época dorada para un puñado de clubes que se hicieron con los trofeos más importantes de todo el continente, acaparándolos a placer y demostrando que su rica historia sigue intacta.

Cuadros como el Real Madrid, Liverpool y Juventus se hicieron fuertes no solo en sus respectivos países, también trascendieron para alzar la copa más ansiada del Viejo Continente: la Liga de Campeones.

Real Madrid

El equipo merengue consiguió algo impensado. Entre las temporadas de 2016 y 2018, el combinado español se quedó con la Champions, un hito que nadie había logrado antes y que llevó a 13 el total de trofeos de este tipo para el que es considerado por muchos el club más grande de todo el planeta. El lapso perfecto se materializó de la mano del entrenador francés ZInedine Zidane, quien inyectó ánimo y practicidad a una escuadra que contaba con el talento suficiente, pero que en el pasado no concretaba sus oportunidades en altas instancias del prestigioso torneo.

Sobre el gramado, el portugués Cristiano Ronaldo hacía de las suyas. Cada exhibición del atacante era una mejor que otra, de ahí que en el periodo mencionado se alzara con dos de los tres Balones de Oros entregados. Su compañero Luka Modric se convirtió además en un maestro con la esférica para alimentar a su equipo.

Al finalizar la temporada 2018, Zidane anunció que dejaba al club, toda una sorpresa que se unió a la salida de CR7, quien puso rumbo a Italia para uniformarse con Juventus; no obstante, el entrenador francés regresó meses después y aún sigue al frente del banquillo en el Santiago Bernabéu.

Liverpool

Lo del equipo inglés es más que grandioso. Cuando llegó en el año 2015 a la entidad Red, el reto era enorme para ambas partes. En su caso, dejar atrás el fracaso de grandes competiciones, con la Liga de Campeones como la principal deuda en su haber. Ya sabía lo que era competir en una final y perderla, así como en varias competencias de Alemania, por lo que las dudas eran sensatas en cuanto a su incorporación.

Mientras, para la plantilla, el obstáculo era superar el pasado reciente y sus eternos fracasos. El Liverpool de la década pasada era un grupo difícil de superar; en cambio, el de las últimas campañas apenas podía competir por puestos europeos en la siempre complicada Premier League.

Pero la unión resultó ser un matrimonio perfecto.

Si bien Klopp y el Liverpool perdieron la final de la Champions 2018, el fútbol les dio revancha y se llevaron la Orejona un año después. Para alimentar aún más la gesta, en el recuerdo de todos los seguidores del balompié queda la voltereta en la semifinal frente al Barcelona, contra el que perdieron 3-0 en la ida para superarlos 4-0 en la vuelta. Una historia mágica.

En su andar por la Premier no parece haber mayor rival y el ansiado título local está en sus manos, así como la obligación de repetir el título europeo.

Con una plantilla más que nutrida, sus laterales, Jordan Henderson y Tren Alexander-Arnold, figuran como dos de los más talentosos del planeta, ni hablar de su delantera conformada por Sadio Mané, Roberto Firmino y Mohamed Salah.

Todo lo que este equipo toca lo convierte en oro y, aunque son la referencia del final de la presente década, todo asegura que también darán de qué hablar en el próximo lapso de diez años si sus piezas siguen intactas.

Juventus

El poderoso club italiano es el vivo ejemplo de un proceso que apunta a éxitos continuos. En la Serie A no existe otro rey en los últimos años que el cuadro de Turín, el cual se hizo aún más fuerte en 2018, cuando llevó a sus filas a Cristiano Ronaldo.

Los últimos ocho títulos de liga son suyos, de ahí una de las dictaduras más marcadas en toda Europa; sin embargo, el reto de Juventus es más que claro: alzar su tercera Champions.

Para un equipo de su talla es excesivamente extraño no contar con más Orejonas en sus vitrinas, pero el pasado ha sido duro, muy duro para ellos. Contar con el atacante portugués podría representar un antes y un después en su historia y la meta es dejar a un lado los fracasos de las temporadas 2014-2015 y 2016-2017 en la Champions, zafras en las que alcanzó la final, pero sin éxito para llevar el trofeo a Italia.