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Dos décadas de la Escuela Carlos Rosario

CARRERAS. Carlos Rosario prepara a estudiantes en artes culinarias. En el evento ellos presentaron deliciosos platillos a los invitados.


           
   

CARRERAS. Carlos Rosario prepara a estudiantes en artes culinarias. En el evento ellos presentaron deliciosos platillos a los invitados.

La semana pasada la Escuela Internacional Carlos Rosario celebró sus 20 años de servicio a la comunidad inmigrante en el Área Metropolitana de Washington, donde la labor de este importante centro educativo de adultos fue reconocida por autoridades y sobre todo por los ex alumnos que se han formado en sus aulas.

El moderno campus Sonia Gutiérrez ubicado en la calle V, en el noroeste de la capital nacional acogió a decenas de invitados que celebraron el trabajo realizado y las proyecciones de futuro de este centro que funciona con la modalidad de charter school, un tipo de escuela pública autónoma del Distrito de Columbia.

En el evento, la presidenta emérita y fundadora de este centro educativo, Sonia Gutiérrez, recordó el largo camino trazado y dio por sentado que sus sueños se han cumplido, al tiempo que confió en que los nuevos actores mantendrán vivo ese espíritu y compromiso de la Escuela Internacional Carlos Rosario por la educación de inmigrantes de cualquier parte del mundo que lleguen a la capital nacional con un sueño.

“Este proceso no se detiene, seguiremos dando esa formación necesaria para todos aquellos que buscan una oportunidad en este gran país y sobre todo en Washington DC”, comentó Gutiérrez durante la ceremonia.

Para la Escuela Internacional Carlos Rosario el proceso para llegar a donde está no ha sido fácil. La actual directora ejecutiva del centro educativo, Allison Kokkoros, quien junto a Gutiérrez y otros visionarios enfrentaron el cierre del centro en 1996 ante la crisis fiscal del gobierno de la ciudad capital, recuerda el empeño que surgió para no dejar a la deriva el trabajo realizado hasta entonces.

De ahí comenzó un importante trabajo de interacción entre la comunidad y  organizaciones proinmigrantes que llevaron a reabrir la Escuela Internacional Carlos Rosario como se la conoce en la actualidad, en su primer plantel del centro educativo que sigue funcionando en el vecindario de Columbia Heights en el noreste del Distrito de Columbia.

Y así llegó la aprobación de la Junta de las Escuelas Públicas Charter de Washington DC, con un compromiso de trabajo a largo plazo, 15 años en el área de la educación de adultos especialmente en la enseñanza del inglés a la que se fueron incluyendo otras carreras técnicas.

Futuro prometedor

DIRECTORA. La directora ejecutiva de la escuela, Allison Kokkoros, resalta el brillante futuro que tiene Carlos Rosario y sus programas.


   
   

Tomás Guevara

DIRECTORA. La directora ejecutiva de la escuela, Allison Kokkoros, resalta el brillante futuro que tiene Carlos Rosario y sus programas.

Kokkoros celebra que en 20 años el crecimiento sostenido de la escuela es indiscutible, de pasar de espacios modestos para operar con las clases de inglés a finales de los años 90, a tener espacios y calificaciones de alto nivel que permiten a la institución proyectarse hacia un futuro prometedor.

“Esto no sucedió de la noche a la mañana o por accidente. Hoy estamos aquí gracias a un liderazgo tenaz, empleados excepcionales, nuestro compromiso con nuestra misión, y el apoyo de donantes, legisladores, asesores, y colaboradores que creen en el poder del modelo de la Escuela Carlos Rosario para transformar vidas y a las comunidades del Distrito. Estamos orgullosos de celebrar este hito y expresar nuestro agradecimiento a ángeles del pasado y del presente que abogan por nuestro trabajo y misión”, explica la directora ejecutiva Allison Kokkoros.

Entre los estudiantes actuales y ex alumnos también figura el compromiso por seguir apoyando al centro que les abrió las puertas para continuar su formación hasta el nivel superior en Estados Unidos. Durante la ceremonia, se invitó al estrado a un nutrido grupo de alumnos, la mayoría hispanos, que se destacan y que han continuado su educación superior después de completar su formación en idioma inglés o en otras áreas técnicas.

También el gobierno de Washington DC entregó una resolución a la escuela por el destacado trabajo durante estas dos décadas en la educación de los inmigrantes en la ciudad capital nacional. La escuela ha potenciado la fuerza productiva de la ciudad y ha tenido un impacto positivo en la integración de los inmigrantes, la creación de negocios y formación de profesionales que aportan al desarrollo del Distrito de Columbia.

Carlos Rosario inició en la década de 1970 con un programa de instrucción de clases de inglés para adultos inmigrantes latinoamericanos que empezaron a llegar a la capital nacional. Pero fue hasta 1998, después de una crisis económica del Distrito de Columbia,  que renació como la primera escuela autónoma para adultos en todo el país.

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