El pasado martes 29 de octubre, se firmó un proyecto de ley, para ser evaluado por la Cámara baja federal que de ser aprobado establecería un referéndum para que en las elecciones del 3 de noviembre 2020, los puertorriqueños puedan contestar “Sí” o “No” a la estadidad de Puerto Rico en la boleta electoral.
La ley es el tercer proyecto pro estadidad que presenta la comisionada y cuenta con apoyo bipardista y con 45 votos del Congreso.
El siguiente paso, si surge la aprobación y la mayoría de los votantes de la isla respaldan la estadidad en el referéndum, sería la realización de una proclamación presidencial que especifique 30 meses de transición, pasando a convertir a Puerto Rico en un estado.
La comisionada propone que sería el mismo camino que siguieron Alaska y Hawai para convertirse en estados. “El ser estado, es brindar reconocimiento a Puerto Rico en la historia de los Estados Unidos, seria justicia e igualdad para todos los ciudadanos, como los militares y veteranos que representan y luchan por un país que no los deja elegir su mando de combate, porque no pueden votar”, expresó González a El Tiempo Latino.

ESTRELLAS. La comisionada presento una bandera con 51 estrellas e indicó que la bandera no cambiaría su esencia. | Foto: Ana Núñez – ETL.
La isla es la menor de las tres Antillas Mayores en el Mar Caribe. Fue colonia española por cuatro siglos y desde 1899 forma parte de Estados Unidos luego del Tratado de París. Ha sido reconocida por sus monumentos, artistas, deportistas, triunfos en concursos de belleza, entre otros aspectos que forman parte de la identidad boricua.
Por esta razón en la conferencia de prensa, que brindó González para presentar su proyecto, el representante de Nueva York, José Serrano (DEM, D-15), explicó que el ser un estado no cambiaría el sentimiento patriótico, sino que acabaría con el estatus político actual de Puerto Rico.
“[Al convertir a la isla en un estado] No se para de ser puertorriqueño, la cultura no se pierde, yo defiendo a Puerto Rico como si fuese mío… esto nos brindaría igualdad para que cada persona que esté en la isla tenga los mismo derechos que los demás ciudadanos estadounidenses, aquí no hay que tener miedo”, dijo Serrano.
Otro de los congresistas que asistieron fueron los demócratas de Florida Stephanie Murphy y Donna Shalala, así como los republicanos Rob Bishop (Utah) y Don Young (Alaska).
En el marco del evento, González enfatizó que como parte de su misión busca continuar creando alternativas para que la isla sea parte de Estados Unidos y que las personas de alrededor de mundo conozcan el proyecto de estadidad para Puerto Rico.
“Así como pasó en el huracán María, que en todos lados se hablaba de Puerto Rico como parte del territorio de Estados Unidos, se debe continuar la lucha para que la gente conozca este hecho”, dijo González.
En la conferencia de prensa estuvieron también presentes varios líderes boricuas que apoyan la estadidad entre los que se encontraban los representantes José Aponte, José Enrique “Quiquito” Meléndez y Eddie Charbonier; el senador Miguel Laureano; la alcaldesa de Ponce, María “Mayita” Meléndez; y el exgobernador Luis Fortuño, entre otros estadistas.
¿Qué traería la estatidad?
El Concejo para la Estadidad de Puerto Rico creó la iniciativa PR51st con la meta de “alcanzar la igualdad para el pueblo puertorriqueño a través de la estadidad”. En el website de la organización (www.pr51st.com) se mencionan varios beneficios que la coalición estima que la estadidad podría traer a la isla. Estos son algunos de ellos:
MEJORAS: “Otros territorios que se han convertido en estados han visto mejoras. Ambos, Hawai y Alaska, que se integraron a la Unión en 1959, eran pobres antes de volverse estados. Ahora, los índices de pobreza y desempleo en ambos están bajo el promedio nacional”.
MEJOR INFRAESTRUCTURA: “Con el apoyo federal que es proporcionado a los estados, Puerto Rico tendría la oportunidad de mejorar su infraestructura traduciéndose en atraer más empleados a la isla y permitir a los puertorriqueños construir negocios también”.
SEGURIDAD Y ECONOMÍA: “Más seguridad y una economía más fuerte evitarían que los puertorriqueños abandonen la isla en grandes números para irse al territorio continental, y atraería gente de los otros estados a Puerto Rico. Esto ayudaría a combatir el problema de una población envejeciente que amenaza ahora a la isla”.