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Washington es una máquina que exige un lugar en la Serie Mundial

Stephen Strasburg no quiso ser menos este lunes que sus compañeros Aníbal Sánchez y Max Scherzer, para desdicha de San Luis. Y Howie Kendrick no quiere ser menos que ese Howie Kendrick que sentenció la Serie Divisional ante los Dodgers con un Grand Slam.

Washington se ha convertido en una máquina que marcha a todo tren hacia la Serie Mundial. Lo festejan sus aficionados, que llenaron su estadio con miles de gritos y palmas de emoción.

A Strasburg le faltó muy poco para calcar lo hecho por Sánchez y Scherzer, que trabajaron sin hits ni carreras por más de siete y seis entradas, respectivamente. Se fue del encuentro con una rayita en su cuenta, pero esa no le vale, porque fue sucia; inmerecida, debido a un error.

El trío de los Nats suma 21.2 actos con 0.00 de efectividad en el duelo al mejor de siete cotejos. Han desplumado a los Cardenales, casi literalmente, y todavía falta que entre en acción el último de los ases capitalinos, Patrick Corbin.

El guión ha sido perfecto, porque los abridores han evitado que lo más débil del bullpen de DC entre en liza con una pizarra cerrada. Y sí, en esta tercera victoria subieron a la loma esos relevistas, pero fue porque los bates se encargaron de abultar la pizarra y dar tranquilidad al manager Davey Martínez. No era necesario recurrir a Sean Doolittle y Daniel Hudson para cerrar y conservar el invicto.

El lastimado novato Víctor Robles regresó y lo festejó con dos hits, uno de ellos jonrón. Ryan Zimmerman y Anthony Rendón duplicaron, con dobletes incluidos. Es un lineup que hace daño. No habría volteado tantas pizarras adversas desde junio, de no ser así. Y el daño es mayor, cuando alguien como Kendrick está indetenible.

El héroe del Dodger Stadium no ha parado de aporrear a los pitchers rivales. Tiene 11 inatrapables en 9 juegos, desde el choque de los comodines, y esta vez largó tres batazos de dos bases, para empujar tres.

Ese marcador de 8 por 1 fue tan abierto, tan desequilibrado como hasta ahora ha sido la serie toda. La fórmula ha sido impecablemente ejecutada e implacablemente cumplida por los Nacionales. En 116 años de postemporadas apenas un equipo ha levantado un déficit de 3-0, para ganar 4-3. Solamente una debacle de dimensiones históricas le arrebataría a Washington su lugar en la Serie Mundial.

Este martes le toca a Corbin. Fue uno de los mejores brazos de Martínez en la campaña regular y quiere ser parte de esta máquina que tiene a punto de KO al elenco que algunos, con buenas razones, vieron como favorito al empezar la confrontación.

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