La sociedad actual a nivel mundial se encuentra en una situación de cambio, en la que millones de personas creen que un nuevo modelo económico ayudaría a subsanar los innumerables problemas existentes en la actualidad, en cuanto a desigualdad y pobreza. Los numerosos conflictos a nivel mundial, no ayudan a acabar con estos problemas, sino que los agravan.
La inoperancia de los gobernantes da igual el signo político al que representen hace que la población no se sienta identificado con ninguno, y encuentre la política como algo inservible que crea más perjuicios que beneficios a la gente de a pie. Es por ello que toda esa población debe buscar momentos de asueto o válvulas de escape que les alejen de la realidad aunque sea un breve espacio de tiempo, y sin duda una de las que más masa social mueve es el deporte.
Hay eventos deportivos que permiten al individuo viajar a otra nueva dimensión y sin duda uno de ellos es la Copa Libertadores. Todos los países latinoamericanos se caracterizan por la pasión que muestran todos los aficionados al mundo del futbol cuando hay un acontecimiento de calado. El problema surge cuando ese forofismo se lleva hasta niveles inusitados donde el respeto y la convivencia pasan a un segundo plano, como ocurrió hace dos temporadas con la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors, obligando a la Conmebol a suspender lo que iba a ser un bonito espectáculo deportivo y buscar una nueva sede fuera de Argentina donde se cumpliera con el objetivo de cuidar la seguridad de todos los aficionados que acudan al evento.
Esta nueva temporada, el azar ha brindado por partida doble una oportunidad única para que los aficionados se evadan de sus problemas diarios, con una semifinal en la que se reedita el Superclásico argentino. El partido de ida ya es cosa de la historia, poniendo en ventaja a los de Marcelo Gallardo, acercándose mucho a la obtención de la llave que les dé acceso a la gran final. Pero, no es oro todo lo que reluce y aún queda un choque de vuelta en La Bombonera, en el que Boca Juniors buscará dar la vuelta a ese 2-0 en contra.
Betway focalizarán también sus predicciones en un evento que sobrepasa lo deportivo y es concebido practicante como religión entre los hinchas de uno y otro bando. La suerte está echada y ya se van descontando las horas para conocer al nuevo flamante finalista de la Copa Libertadores: Boca Juniors o River Plate.