El fútbol suramericano encuentra en sus equipos de enorme tradición a los monarcas constantes de la región. Para la Copa Libertadores no existe excepción, evento que definió a sus dos finalistas para la temporada 2019: River Plate, de Argentina, y Flamengo, de Brasil. Las escuadras se medirán el próximo 23 de noviembre en Santiago de Chile.
Las semifinales mostraron dos versiones distintas. El primero, con un ajustado resultado frente a su histórico rival, mientras que el segundo inundó de goles a un contrincante de su país para obtener el tan ansiado boleto al juego por el trofeo.
Dominio continental
Los de River Plate ya parece una historia romántica entre el club millonario y la cita. Al menos así lo es en los últimos cinco años, donde, contando la presente edición, ha disputado tres finales. Las dos previas terminaron en celebración, por lo que llegan a este duelo como los favoritos para mantener la corona en casa tras la consagración de 2018.
Luego de superar en casa 2-0 a Boca Juniors por el partido de ida de las semifinales, supieron aguantar al xeneize, hambriento de gloria y con la necesidad de demostrar que el dominio de su contrincante en los últimos años podía acabar; sin embargo, River Plate es el que tiene la última palabra en el presente.
A pesar de caer 1-0 en La Bombonera, el global de 2-1 les permitió instalarse en la gran final.
Marcelo Gallardo, entrenador del cuadro millonario, aseguró tras la vuelta que el suyo es un equipo “que reconoce jugar en condiciones adversas. Hoy (el 22 de octubre) no podíamos hacer nuestro juego, teníamos que pelear, luchar y ponernos el overol, y lo hicimos. Supimos sufrir, que es una condición necesaria para llegar a la final de la Copa Libertadores”, señaló a los medios presentes en la casa de Boca Juniors tras la caída y posterior avance al choque por el título.
Para el director técnico, “haber jugado muy bien en la ida en nuestra cancha tuvo su premio. Vuelvo a sacarme el sombrero con este grupo de jugadores que tuvieron esa hambre de seguir y estar en una nueva final de Copa. Ahora tenemos un pasito más a ver si nos podemos volver a consagrar”.
No hay drama para River Plate, solo alegrías. Eso ha mantenido ese matrimonio entre Gallardo y la directiva intacto, aunque parece que más temprano que tarde llegarán ofertas desde Europa, o tal vez en su país, pero para hacerse cargo de la selección nacional.
“No mido con precisión las estadísticas y siempre digo lo mismo. Cuando uno pueda alejarse un poco y tomar distancia recién voy a poder valorar lo que se consiguió en este ciclo. En este proceso del día a día con actividad permanente nos detenemos a pensar la relevancia de llegar a una final dejando a Boca otra vez en el camino. Mi cabeza está en lo que viene y le dedico este triunfo a la gente que tiene un ida y vuelta con nosotros”, añadió.
A cambiar el curso
Frente a River Plate aparece el Flamengo, un cuadro temible por su excelso ataque. No en vano, luego de igualar a un gol en la ida de la semifinal con el Gremio, selló el pase a la final con una goleada en casa por 5-0.
Esa versión de ataque sin piedad y un ritmo sin freno es lo que podría ponerlos a celebrar en Chile, donde buscarán su segunda Libertadores.
Parte del éxito radica en las labores que desde el banquillo desempeña el portugués Jorge Jesús, actual entrenador del club brasileño, quien tiene pergaminos importantes en su nación.
El entrenador portugués Jorge Jesús afirmó este miércoles que el pase del Flamengo a la final de la Copa Libertadores es “un sueño que la hinchada” buscaba hace tiempo.
“Agradezco a los jugadores por este sueño que la hinchada del Flamengo estaba buscando y demostró hoy (23 de octubre) por qué son únicos, diferentes, apasionados. Nosotros hemos contribuido para que esa pasión tenga más fuerza”, comentó a los medios tras la vuelta de las semifinales.
Su revancha personal no pasa por lo que pueda hacer contra River Plate, sino la importancia que pare él tiene la instancia. Con el Benfica portugués, alcanzó dos definiciones de la UEFA Europa League, ambas en años consecutivos, aunque en las dos cayó derrotado.
Eso le brinda un plus a la necesidad en sus entrañas, algo que no olvida.
“Cuando se está en una final es para ganar, como decimos en Portugal. Y con todo el respeto a nuestro adversario, esta es para ganarla”, cerró.