Cuando amaneció este sábado, Delores Connolly hizo cola afuera de una escuela pública en Baltimore con un boleto numerado. Connolly, de 61 años, aun tiene seguro de salud, esperaba para ingresar a una clínica que ofrece atención médica y dental gratuita.
“Ahora está jugando conmigo”, dijo Connolly, inquieta, mientras una mujer uniformada en la entrada de la Escuela Primaria/Secundaria Pimlico gritaba repetidamente el número 92, en inglés y español. Connolly fue la número 93. La atención dental fue retirada de su cobertura de Medicaid este año, explicó; y además, su plan no cubriría anteojos para reemplazar un par que había perdido. Ella había hecho cola a las 5:30 am en una clínica temporal en Baltimore durante el fin de semana por el grupo sin fines de lucro Remote Area Medical (RAM).
Su número finalmente tocó y Connolly ingresó a la escuela. Casi una década después de la aprobación de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, que prometió revisar el sistema con un dramática expansión de la cobertura, los estadounidenses con y sin seguro llegaron antes del amanecer para obtener atención que de otra manera no podrían pagar.
“Lo que sea que estén ofreciendo aquí, lo tomaré”, dijo Nelia Shipley, de 65 años, quien tiene seguro. Había escuchado sobre la clínica de su amiga Virginia Young, de 70 años, quien también tiene seguro. Ambos estaban en espera en la escuela. “Necesitamos ayuda (…) Por eso estamos aquí”, dijo Shipley.
RAM, con sede en Tennessee, se fundó en 1985 como un cuerpo voluntario de profesionales médicos para brindar atención gratuita en regiones desatendidas de países en desarrollo. Pero el grupo estableció rápidamente clínicas móviles en Estados Unidos, respondiendo a las personas sin seguro.
Hoy, gran parte de esa población difiere en su estado de cobertura pero no en su necesidad. 49% de los pacientes de RAM de este año no tenían seguro médico, según las cifras proporcionadas por el grupo. Una proporción mayor, de 84%, carecía de seguro para la vista o la atención dental, que se encuentran entre los servicios más populares en las clínicas móviles.
“Si observa a alguien que gana entre $ 15 mil y $ 20 mil por año, y tiene un deducible de $ 5 mil, tiene seguro, pero no tiene atención médica”, dijo Jeff Eastman, director ejecutivo de RAM.
Eastman dijo que el grupo, que originalmente se centró en áreas rurales con altas tasas de pobreza, está operando cada vez más en las grandes ciudades. Algunos, como Baltimore, albergan los mejores hospitales. RAM ha establecido clínicas en Tennessee y Kentucky. Pero también ha brindado atención en Florida y en el condado de Orange, California.
“Todo el mundo piensa que la atención médica, y la falta de ella, es un problema de los Apalaches (…) Pero ocurre en todo Estados Unidos”, dijo Eastman.
El año pasado, el grupo atendió a más de 45 mil personas.
Esta fue la segunda visita de RAM a Baltimore, una ciudad que, desde las acusaciones presidenciales de infestación de roedores hasta la renuncia en mayo de un alcalde escandalizado, se ha convertido en un ícono potente pero a menudo incomprendido de la América urbana del siglo XXI. Durante la primera visita, en 2017, el grupo dice que proporcionó más de $ 646 mil en atención gratuita a 1.140 personas.
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Traducción libre del inglés por El Tiempo Latino.