Ramiro Samper tiene a cargo la producción del Festival Salvadoreñísimo de la Independencia. Con más de 20 años de experiencia en el manejo de las consolas y el montaje de grandes espectáculos, este salvadoreño viaja desde Boston, Massachussets al área de la capital nacional para desarrollar la jornada musical con un desfile de estrellas de la música grupera.
El hombre detrás del sonido del Festival habla con emoción de una carrera que le ha llevado por los escenarios en Estados Unidos y Latinoamérica, pero siempre tras bambalinas, con un trabajo esencial de principio al final del evento.
Para Ramiro que ha dirigido la producción del Festival Salvadoreñísimo por 10 años, este espectáculo tiene una complejidad logística porque requiere montar un escenario y sonido para un alcance de hasta 60 mil personas.
“Es un festival con un montaje de gran formato, está diseñado con un equipo con alcance para unas 60 mil personas, y es un sistema muy tecnificado con catorce cajas que nos permiten administrar el sonido de modo que se mantenga un nivel óptimo de fidelidad, sin distorsiones, que es lo que molesta al público en eventos grandes cuando el sonido no es adecuado”, comentó Samper, que funge como gerente de la división de audio de la empresa Audio Spectrum.
Ramiro Samper, empezó a viajar a Estados Unidos en la década de 1990 para trabajar en la parte técnica, del sonido y la logística de giras que hacían entonces reconocidas agrupaciones musicales de El Salvador que empezaban a conectar con la comunidad centroamericana dispersa en ambas costas de la nación norteamericana.
Fue así como conoció a los propietarios de la empresa que le trajo a la costa este, con la que se ha laborado desde el año 2001, en el montaje de grandes espectáculos especialmente en Nueva York, y otras ciudades de la región de Nueva Inglaterra. Sin embargo en septiembre, el experto de audio tiene bien marcado en su calendario su compromiso en el área metropolitana de Washington con el Festival Salvadoreñísimo de la Independencia.
“En este festival mi compromiso está concentrado en la producción, en hacer que todos los grupos musicales y participantes vayan calzando en el plan establecido inicialmente, y que se cumplan los requerimientos técnicos para cada grupo musical”, agregó.
Su trabajo, aunque tras bambalinas demanda un alto nivel de concentración para que la parte técnica y logística se mantengan en un equilibrio exacto para que el público disfrute cada momento durante la jornada.
La visita al Campo de Ferias de Montgomery, en Maryland, tiene un sentido especial para este productor porque esta fiesta de la celebración de independencia de su país le llega como un reencuentro con sus colegas y amigos que dejó en el mundo de la música en El Salvador antes de migrar hacia Estados Unidos.
“Para mí el Festival Salvadoreñísimo es muy especial… aunque yo estoy a tope con el trabajo para que todo salga a la perfección, tengo esos momentos de reencuentro con colegas que vienen a hacer que la celebración sea especial para nuestra comunidad salvadoreña en Estados Unidos”, puntualizó el experto.
El montaje de la tarima hidráulica y los aparatos de sonido, pantallas y luces para este festival se realiza un día antes, porque todo el sistema computarizado tiene que estar encendido a las 9 de la mañana del día del evento que reúne a miles de salvadoreños y personas de otras nacionalidades en la mayor fiesta del día de la independencia centroamericana en el área de Washington.