A medida que el viento aumentaba por la mañana del jueves, el gobierno del distrito emitía un mensaje para aquellas personas que viven bajo un paso subterráneo de ferrocarril cerca de Union Station, en el cual se les comunicaba que debían desalojar el lugar.
A medida que se acercaban las 10 de la mañana -la hora fijada para el cierre de un campamento para personas sin hogar en la cuadra 100 de la calle K NE-, los funcionarios de la ciudad, la policía y los trabajadores de saneamiento se reunían, mientras los defensores revisaban las tiendas de campaña y los residentes se aseguraban de poner en resguardo sus posesiones.
Los residentes del campamento, algunos sin preparación para el desalojo, registraron sus tiendas en busca de pertenencias, metiendo todo lo que pudieron en bolsas de plástico. Menos de una hora después, los equipos de obras públicas lavaban a presión las aceras vacías.
Los pasos subterráneos del área, donde viven varias docenas de personas, han sido despejados y limpiados más de 90 veces en los últimos años. Según los funcionarios esta sería la última vez para la calle K. Bajo la política anunciada por la alcaldesa la semana pasada, no se permitirá el regreso de las carpas y de las personas que viven en ellas.

LOCAL. Chris Hines ha estado viviendo en el paso subterráneo de la calle K NE de vez en cuando durante varios años
“El uso de las tiendas de campaña, además de vivir en ellas no estará permitido en el Distrito de Columbia, pues no es seguro para el habitante. Tampoco es seguro para la comunidad circundante”, explicó la semana pasada la alcaldesa de D.C. Muriel E. Bowser.
Wayne Turnage, el teniente de alcalde de la ciudad para la salud y los servicios humanos informó que tanto los funcionarios de obras públicas, como la policía de D.C. y otras agencias volverán a las calles para asegurarse de que las tiendas no vuelvan a colocarse. Además agregó que un grupo de trabajadores de la ciudad ha estado contactando a los residentes sin hogar para reubicarlos en refugios y otorgarles otros servicios en la ciudad.
“Hay una cama disponible para todos los que viven en la calle y están sin hogar”, dijo. “Si logramos que la gente entre en el sistema, sentimos que podemos acomodarlos. No se necesitan preparativos especiales”, declaró.
Con información de The Washington Post