CLASES. Las subveciones se completan con talleres y clases extra.



Cort. LSF

CLASES. Las subveciones se completan con talleres y clases extra.

Apuntan a los hispanos desde preescolar hasta que terminan la secundaria. El objetivo: fomentar la educación superior y el liderazgo profesional. Desde 1994, Latino Student Fund (LSF) creó un programa de becas en Washington, DC, con el propósito de luchar contra la deserción escolar en la comunidad latina.

Y es la única organización de este tipo que trabaja con niños de preescolar. “Si empezamos desde que los niños son pequeños, es más fácil para ellos lograr un buen desarrollo académico”, apuntó a El Tiempo Latino el viernes 12, la ecuatoriana María Fernanda Borja, directora ejecutiva de LSF. “Nos sentimos orgullosos de ver cómo evolucionan esos niños a través de los casi 13 años que están con nosotros”.

Las becas, que permiten que los estudiantes accedan a escuelas privadas del área, se basan en el mérito y se fijan según el grado escolar. Los montos oscilan entre los $500 para preescolar y los $1500 para noveno y doceavo grado. Cada año, los aspirantes deben llenar una nueva solicitud y demostrar un buen rendimiento en la escuela. Este año, LSF apoya a 96 alumnos desde preescolar hasta doceavo grado, lo que representa cerca de $100.000.

Las subvenciones se complementan con una serie de talleres diseñados para crear redes familiares y preparar a los estudiantes y a sus familias para encarar mejor el proceso educativo.

“Nosotros no damos la beca a un nombre sino que convivimos con los estudiantes y con las familias durante 13 años”, dijo Borja. “En enero se abre el proceso de inscripción y según el dinero que recaudemos en la gala anual, aceptamos nuevos estudiantes. Generalmente son 16 cada año, y en nuestro mejor momento llegamos a incluir 33 alumnos”.

Las becas se otorgan a los hispanos matriculados en escuelas privadas independientes o parroquiales del área metropolitana que a su vez reciben ayuda financiera de esas instituciones o de la arquidiócesis.

A este programa se sumó en 1998 el de tutoría, que ofrece apoyo académico adicional a los estudiantes latinos desfavorecidos o en situación de riesgo. Cada estudiante tiene un tutor individual que trabaja con ellos a lo largo del año escolar. Para los padres y familiares de los estudiantes inscriptos en este programa, el LSF ofrece dos niveles de clases de inglés como segunda lengua.

“Tratamos de ofrecer diferentes programas para las familias”, remarcó Borja, que llegó al país en 1995 y se mudó al área en 2004. “A los padres latinos les gusta estar involucrados con la educación de sus hijos y siempre están en contacto con el tutor y con nosotros para seguir la evolución de sus niños. Trabajar con la familia es la clave para que los alumnos tengan éxito en los estudios”.

La tutoría es gratuita y se realiza los sábados por la mañana desde septiembre a mayo en la cafetería de Hearst Hall de la National Cathedral School, de 9:30 a m a 12 pm. Los estudiantes matriculados en el programa también son elegibles para recibir becas de verano para los campamentos y escuelas del área de Washington, DC.

Considerando que sólo el 16 por ciento de los graduados hispanos de escuelas secundarias continúan su educación para obtener un título universitario, el LSF enfatiza la preparación para estudios superiores. El año pasado el 100 por ciento de los estudiantes se inscribieron en universidades.

Desde 2010 el LSF ofrece dos programas para preparar a los estudiantes para ingresar a la universidad. “Tratamos de que los jóvenes vean un poco más allá de lo que tienen aquí y ahora. Intentamos cambiar la vida de los estudiantes latinos, les estamos ofreciendo un futuro mejor”, concluyó Borja. Las solicitudes para becas del LSF están en el sitio web www.latinostudentfund.org.

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