El plan era ir a la iglesia y darle gracias a Dios por haberle permitido cumplir los 15 años. Pero de golpe, todo cambió. La coordinadora del grupo de jóvenes de la Saint Matthew’s Cathedral, de DC, le sugirió que lo celebraran allí.

El 14 de octubre, cuando la congregación festejaba el día de la hispanidad, Jennifer Vara se puso un bonito vestido blanco, y bailó el vals con su papá. Luego, cortó un pastel de vainilla con flores blancas, ante la mirada de todos los feligreses que ese día habían llevado sus trajes, sus comidas típicas y la música tradicional de sus países.

“No teníamos pensado hacer nada porque hace cuatro meses se murió mi hijo”, dijo el jueves 18 a El Tiempo Latino Caty Coronado, mamá de la quinceañera. “Y no estamos como para hacer fiestas. Pero como era algo en la iglesia, y pequeño, decidimos hacerlo”. Pocas semanas antes del 13 de octubre, día del cumpleaños de Jennifer, la familia había perdido al hijo mayor, de 23 años. “De muerte súbita”, dijo Juan Vara, el papá.

Pero ante la propuesta de la iglesia, y con la ayuda de amigas, se las arreglaron para armar la celebración. Una compró el pastel y otras llevaron recuerditos y comida. Sencilla, y sin excesivos gastos, la fiesta fue inolvidable.

“Me sentí una princesa y no pensé que era realmente yo”, recordó Jennifer. “Pero fue gracioso porque me preguntaban si me iba a casar. Estaba emocionada y tenía vergüenza porque todos me miraban y soy vergonzosa. No me gusta que me miren mucho”.

Después de la misa en inglés ya había bailado el vals con su papá. Y esperaron a la misa en español para repetir el baile. Después, los jóvenes se lanzaron con la bachata y el merengue y la fiesta se animó. Allí estuvieron todas las muchachas de la iglesia que forman parte del grupo latino. Jennifer se sacó su vestido blanco y se puso una ropa más casual para seguir con el baile.

“Estaba muy contento por llevar a nuestra hija a la iglesia”, dijo el papá.

Hace 8 años los Vara compraron su casa en Maryland, pero siguen yendo a misa a la misma parroquia donde iban cuando vivían en DC. Los Vara llegaron al área hace 22 años. La mamá es de Chihuahua, y el papá, de Morelos, México. “En mi país”, dijo Coronado, “llevas a la quinceañera a la iglesia y si consigues padrinos para que te ayuden, se hace la fiesta”.

Los planes de la familia eran llevar a Jennifer a Disneylandia, pero la muerte del hermano mayor cambió el rumbo. Por eso, a pesar del dolor, la joven pudo cumplir el sueño del vals de los 15 con su papi. Y talvez de estar más cerca de su hermano, a través de la fiesta en terreno santo.

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