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La dama de honor, más que una amiga entrañable

El año pasado, su antigua vecina, Shannon, le pidió que fuera dama de honor para su boda con Jeremy. La argentina Silvia Furfaro, no sólo se sintió halagada por la propuesta, sino que pensó que era una oportunidad especial para conocer desde adentro los detalles de un casamiento en este país.

La pareja se casó en una granja en Thurmont, Maryland, el 13 de octubre. “Para mí fue la primera experiencia en un casamiento americano”, dijo Furfaro, el jueves 18 a El Tiempo Latino. “Y fui aprendiendo de a poco cómo se hacen los preparativos para ayudar a la novia, y también comprendí cuáles son las obligaciones de las damas de honor”.

Las tres elegidas estuvieron un par de meses buscando los vestidos. Y la novia fue la que dio el visto bueno a la hora de la elección. El color: morado.

“La dama de honor principal le tuvo que preparar todo a la novia”, comentó. “Es la más importante, y es la que está al lado de la novia durante la ceremonia. Ella es la que se encarga de organizar el ‘wedding shower’, de apoyar a la novia en todos los cambios sentimentales antes del casamiento”.

Sin protestar o poner excusas, la dama de honor debe ir a probarse los vestidos, los zapatos, asistir a la despedida de soltera y al “wedding shower”. En el ensayo, y a la hora de entrar al salón de fiestas, cada una de las damas debía llegar del brazo del caballero de honor y la consigna fue hacer una entrada original y divertida. Ella y su “caballero” entraron bailando. “Inolvidable”, resumió.

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