Las dos opiniones sobre la ley
Qué opinan republicanos y demócratas sobre el DREAM act local.
Los críticos dicen que ofrecer descuentos en las matrículas a los estudiantes que carecen de permiso para estar en el país es un obsequio injustificado de decenas de millones de dólares anuales de dinero proveniente de impuestos.
“Cada vez que un estudiante indocumentado ingresa al sistema se pierden recursos públicos”, dijo el delegado republicano del condado de Baltimore, Patrick L. McDonough. “Pon tus emociones y tu pasión a un lado, y usa tu calculadora”. Otro delegado republicano de Washington, Neil C. Parrott, también se opone a la ley.
El senador estatal Víctor R. Ramírez, demócrata del condado de Prince George, uno de los promotores de la legislación, predijo que los votantes aprobarán la ley porque promueve la igualdad de oportunidades.
“Queremos tratar a todos los bachilleres por igual”, dijo Ramírez. “Es un asunto de justicia”, remarcó el político, de origen salvadoreño.
Una encuesta de The Washington Post mostró que un sólido 59 por ciento de votantes está a favor de la ley, mientras el 35 por ciento se opone. Si la ley se aprueba, Maryland se unirá a cerca de una docena de estados con políticas que ofrecen matrículas como residentes del estado a los inmigrantes indocumentados. Texas fue el primero, en 2001.
La ley fue enviada a referéndum, se votará el 6 de moviembre, después que sus oponentes organizaran una recolección relámpago de firmas que evidenció la profunda división respecto a la inmigración sin papeles en el estado y en el país.
A nivel nacional, el proyecto de ley conocido como DREAM Act comenzó su odisea por los pasillos del Congreso cuando fue introducido por los senadores Dick Durbin y Orrin Hacth en 2001.
Desde entonces ha recibido apoyo político pero nunca ha llegado a transformarse en ley.
Llegaron a Estados Unidos siendo niños, sin tener idea de lo que significaba permanecer en el país más tiempo del permitido por sus visas. Ingresaron a las escuelas públicas, aprendieron inglés y obtuvieron diplomas de secundaria. Y, como la mayoría de sus compañeros de clase, consideraron diversas opciones para la universidad.
Sin embargo, como inmigrantes indocumentados en Maryland, han tenido que enfrentar la realidad de tener que pagar dos o tres veces más de lo que sus ex-compañeros de clase pagan en las universidades públicas del estado. Es una regla que hace inaccesible la educación superior para muchos estudiantes de recursos económicos modestos.
Con una sola excepción: el Montgomery College.
Es por eso que Josué Aguiluz, de 21 años, de Honduras, y Ricardo Campos, de 23 años, de El Salvador —y muchos otros como ellos— aterrizaron en el community college. Allí, estudian y esperan el veredicto de un referendo que se realizará el 6 de noviembre, en el cual los votantes de Maryland decidirán si ellos podrán darse el lujo de avanzar a una universidad de cuatro años.
“Sé que la gente de Maryland cree en la educación”, dijo Campos. “Y sé que votarán por la Pregunta 4. Yo dependo de sus votos”.
La Pregunta 4 pide a los votantes que afirmen o deroguen una ley aprobada el año pasado, conocida como la versión de Maryland del “DREAM Act”, que garantiza a ciertos inmigrantes indocumentados la obtención de una matrícula en las universidades públicas al precio de los residentes del estado. El subsidio exige que los estudiantes deban estudiar los primeros dos años en un community college.
Los expertos dicen que la versión de Maryland es la única que requiere que los estudiantes vayan primero al community college.
El Montgomery College es ya un imán para esos estudiantes. Ofrece la misma matrícula baja a cualquier estudiante que se haya graduado en una escuela secundaria del condado de Montgomery en los últimos tres años. El estado migratorio no es un factor. La matrícula para un estudiante de tiempo completo residente en el condado es de $2.688 por año. Para estudiantes no residentes es de $7.536.
En otras universidades comunitarias de Maryland, los estudiantes indocumentados deben pagar la matrícula como no-residentes en el estado.
La presidenta del Montgomery College, DeRionne P. Pollard, dijo que la política es consistente con la misión de la institución.
“A todo el que venga le brindaremos educación”, dijo Pollard. Eso incluye, dijo, a los inmigrantes con un diploma reciente de una escuela secundaria de Montgomery. “Ése es nuestro trabajo. Brindar el acceso”.
Aguiluz llegó a Maryland en junio de 2005, a la edad de 13 años, con su madre y tres hermanos. Se graduó en 2010, y estudia en el Montgomery College, al cual considera su punto de entrada para su carrera en Contabilidad. Trabaja en una cafetería para pagar las cuentas y sueña con transferirse a la Universidad de Maryland para terminar sus estudios. Allí, la matrícula para residentes es de $7.175 anuales, mientras que la de no-residentes es de $25.554. Aguiluz está contando con los votantes para poder lograr su meta.
Campos, sobreviviente de cáncer óseo, vino a Maryland a los 14 años. Estudia biología en el community college con notas sobresalientes, y espera transferirse a la Universidad de Maryland.