UN RECUENTO HISTÓRICO DE VOTOS
En 2000, Florida fue el centro de una batalla, donde cada boleta electoral contó literalmente.
Lo complicado del proceso electoral en el país —por elección indirecta—quedó de manifiesto en las presidenciales de 2000 cuando el republicano George W. Bush, en ese entonces gobernador de Texas, se enfrentó contra el demócrata Al Gore, quien servía como vicepresidente de la nación durante el mandato de Bill Clinton.
Técnicamente, Gore captó la mayoría popular con el mayor número de votos de los ciudadanos en todo el país: 50 millones 999.897, pero el demócrata sólo pudo alcanzar 266 votos electorales.
En cambio Bush fue electo por 271 votos electorales, aunque no obtuviera la mayoría del voto popular. De manera insólita el ganador de la contienda electoral ese año contó con 543.816 votos menos que el perdedor.
El estado que se convirtió en un campo de batalla fue Florida, con sus 25 votos electorales. Hubo un proceso minucioso de recuento de votos a mano.
El recuento cubrió 175.037 de las aproximadas 6 millones de cartillas electorales. Inicialmente eran boletas que se habían grabado sin ningún voto o múltiples votos en las máquinas de conteo.
Finalmente la Corte Suprema de Florida dio como ganador a Bush, quien obtuvo los 25 votos electorales que le dieron la victoria.
Gore no pudo ganar el voto popular en su estado natal, Tennessee. De haberlo hecho él hubiese ganado las elecciones sin Florida.
Curiosamente, Bush tampoco pudo ganar su estado natal, Connecticut.
En Estados Unidos la fórmula para elegir al presidente de la nación es complicada. No se realiza directamente por el voto popular sino oficialmente por los votos en el Colegio Electoral, compuesto por 538 “electores”.
Sin embargo, pese a que el peso del futuro de la nación recae sólo en estos ciudadanos, cada voto en los estados es decisivo.
¿Cómo se explica esto?.
Para ganar la presidencia, los candidatos necesitan la mitad más uno de los votos de los miembros del Colegio Electoral, es decir 270 “electores”.
Cuando un ciudadano vota por su candidato a presidente, prácticamente le está diciendo a los “electores” de su estado que deben decidir por ese candidato cuando procedan a votar en la reunión del Colegio Electoral.
El candidato que gana el voto popular en el estado, obtiene el voto de todos los “electores” correspondientes a ese estado.
A este proceso se le denomina en inglés “winer-take-all-system” (el ganador se lleva todo). En 2008 por ejemplo, el presidente Barack Obama ganó el voto popular en 28 estados y DC, captando 365 votos electorales.
El senador John McCain obtuvo el voto popular en 22 estados, capturando 173 votos electorales.
Todos los estados practican el método “winer take all” a excepción de Maine y Nebraska, que dividen el voto de los electores según los distritos electorales donde ganaron cada candidato.
En 2008, por ejemplo, Nebraska dividió sus votos electorales, dándole uno al presidente Barack Obama, perteneciente al distrito 2, en el cual él ganó. Pero los otros cuatro a McCain.
En Virginia la batalla es tan reñida que se cree que el ganador popular obtendrá la victoria con sólo el 1 por ciento de diferencia.
No todos los estados tienen el mismo número de electores. Los 538 son la suma de los 100 senadores, 435 representante y tres delegados de DC.
Los estados con mayor número de electores, son California con 55, Texas 38, seguido de Nueva York y Florida con 29 cada uno.