La tradición popular dice que el candidato presidencial que gana el indeciso estado de Ohio, es el que logra la victoria nacional. Y el martes 6 el mito no se rompió.
El presidente Barack Obama triunfó en ese estado con 50,1 por ciento de los votos a su favor frente al 48,3 por ciento para el republicano Mitt Romney. Obama se llevó los codiciados 29 votos electores de ese estado.
Con el triunfo en Ohio, Obama se marcó la victoria en siete de los nueve estados indecisos, conocidos en inglés como “swing states” por no asegurar su voto para ningún partido político.
En Virginia el suspenso se mantuvo hasta altas horas de la noche del martes, dejando en un manojo de nervios a démocratas que se habían reunido en Arlington en espera de una victoria.
En las primeras horas del conteo Romney iba liderando enVirginia. “Estoy muy preocupada. Sería terrible que perdiéramos”, expresó la oficial electa Emma Violand-Sánchez.
Pero el delegado estatal Alfonso López mantenía calma en medio de la angustia. “Están contando las zonas rurales, pero sabemos que cuando lleguen al norte de Virginia los votos van a subir”, aseguró. Y así fue.
Obama ganó en esta área, incluso en los condados clave de Loudoun y Prince William, que en 2004 votaron por republicano y en 2008 por demócrata.
Florida es peculiar. Aún dos días después de las elecciones, el jueves 8 se continuaba contando votos. Analistas dijeron que los resultados finales podrían darse a conocer hoy viernes 9.
Obama lideraba en Florida con 49,9 por ciento frente a 49,3 por ciento de Romney.
Pero aún sin Florida, Obama logró 303 votos electores. Necesitaba 270 para ganar.