La Federación Internacional de Diabetes advirtió que la diabetes causará la muerte de 4,8 millones de personas en 2012.
Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, que se conmemora cada 14 de noviembre, la Federación, junto con otros organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recordaron que esta dolencia es una de las enfermedades no transmisibles más comunes, que afecta actualmente a 371 millones de personas en todo el mundo.
La tendencia es que cada vez se registran casos de diabetes en personas más jóvenes.
Según cifras de la Federación, el 80 por ciento de esas personas viven en los países no desarrollados, donde no siempre son diagnosticadas a tiempo de una enfermedad que, si no se trata debidamente, puede derivar en fallecimientos por infarto, derrame cerebral y fallo renal.
La preocupación de la agencia de salud de las Naciones Unidas es que la diabetes se ha convertido con la globalización en una cuestión relacionada con el desarrollo, en la que “los pobres afrontan un riesgo desproporcionado, con familias enteras que se ven empujadas hacia una situación de pobreza aún mayor”.
“La diabetes afecta a los recursos de los sistemas nacionales de salud y amenaza con revertir los avances logrados con muchos esfuerzos en países de pequeños y medianos ingresos”, declaró en un comunicado el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
“Gobiernos de todo el mundo luchan para proteger a sus ciudadanos de los factores que incrementan el riesgo de diabetes, que incluyen una dieta no saludable, la inactividad física y el abuso de alcohol. Muchos gobiernos afrontan también el desafío de facilitar la información, el tratamiento y el cuidado necesarios”, agregó.
En septiembre de 2011,la Asamblea General de la ONU reconoció la diabetes y otras enfermedades no transmisibles como desafíos globales en materia de sanidad y desarrollo, y en mayo pasado la OMS se fijó el objetivo de reducir en un 25 por ciento la mortalidad prematura a causa de estas dolencias para el año 2025.
Según Ban, “podemos avanzar de manera significativa hacia esta meta llamando la atención sobre la amenaza de la diabetes”.
El Secretario General instó a las empresas del mundo de la sanidad a “contribuir al desarrollo de medicamentos y tecnologías asequibles, como los dispositivos de control del azúcar en sangre”.
“Y las empresas, especialmente aquellas que consiguen beneficios vendiendo comida procesada para los niños, pueden comprometerse a poner en el mercado bienes más saludables y sostenibles”, afirmó.
La diabetes es una enfermedad crónica que ocurre cuando el páncreas no produce suficiente insulina (la hormona que regula la presencia de azúcar en la sangre) o cuando el cuerpo no puede procesar de manera eficaz la insulina que produce.
Si no se controla, puede causar hiperglucemia que con el paso del tiempo causa graves daños a muchos de los sistemas del organismo humano, causando desde pie diabético hasta ataques cardíacos y cerebrovasculares.