Denver, 21 nov (EFE).- El jefe de policía de Denver, Robert White, ordenó el miércoles 21 de noviembre que el Departamento de Asuntos Internos investigue por qué un grupo de agentes locales tardó más de seis horas en responder a un denuncia de un caso de violencia doméstica que le costó la vida a un mujer hispana.
Según las autoridades, poco después de las 2 de la mañana del pasado domingo 18 de noviembre una vecina del área suroeste de Denver llamó a la Policía para reportar que una mujer, Loretta Barella Rosa, de 44 años, estaba golpeando en la puerta de su casa pidiendo ayuda.
La vecina habría indicado que la víctima estaba siendo arrastrada al interior de su vivienda por un hombre, supuestamente su esposo, Christopher Alex Perea.
El reporte oficial indica que dos policías llegaron al lugar de los hechos poco después, recorrieron el exterior de la casa de la víctima, pero sin contactar a sus ocupantes ni con la persona que realizó la llamada.
Unos 40 minutos después de la primera llamada, la misma vecina volvió a marcar al número de emergencia 911 y, según la grabación, se le dijo a la vecina que los policías “estaban en camino”.
Finalmente, poco después de las 8 de la mañana, el mismo Perea llamó a la Policía indicando que su esposa estaba “fría y con la mandíbula rígida”.
En esta ocasión, las autoridades respondieron inmediatamente y poco después detuvieron a Perea como sospechoso de asesinato en primer grado.
White dijo que la investigación de Asuntos Internos permitirá determinar por qué existió ese retraso. Para ello, explicó White, se analizará la primera llamada al 911 para ver cómo reaccionó la persona que atendió esta denuncia y qué le dijo a los policías que más tarde llegaron a la casa de Barella Rosa, pero no entraron.
Además, la investigación averiguará qué vieron los oficiales al llegar a esa vivienda, por qué no entraron o no contactaron a los residentes y cuánto tiempo permanecieron en el lugar.
Debido a la naturaleza de la investigación, y por tratarse de un caso criminal abierto, White dijo que no podía dar otros detalles, como los nombres de los policías involucrados en el caso o si se siguieron los procedimientos establecidos.
El crimen ocurrió en el vecindario Ruby Hill, una zona de 10.000 habitantes, con un 70 por ciento de población latina.