Houston- Al sonido de tambores, cánticos religiosos y coloridos vestidos alegóricos, cientos de feligreses de origen hispano se congregaron el domingo 2 de diciembre en el centro de Houston, Texas para conmemorar el inicio de las celebraciones a la Virgen de Guadalupe.
De acuerdo al Padre Abelardo Cobos, párroco de la Parroquia Nuestra Señora del Monte Carmelo, se trata de una tradición que se realiza en esta ciudad desde hace casi cuatro décadas con el patrocinio de la Arquidiócesis de Galveston-Houston, cuya feligresía supera los 1,2 millones de católicos en 10 condados, el más grande en su clase en el estado de Texas y uno de los más grandes en EE.UU.
“Como mexicanos nos sentimos muy orgullosos de poder celebrar a la Virgen de Guadalupe, considerada patrona de México, pero además es Emperatriz de las Américas, y por ende protege a todos los inmigrantes hispanos que la han adoptado como suya”, sostuvo Cobos a Efe.
Según el religioso, la aparición en 1531 de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego en el cerro del Tepeyac, mantiene un orden histórico con todo el continente americano justo en la conquista de un nuevo mundo, cuando España empezaba su hegemonía en diferentes lugares de América.
“Ella es la unión de dos continentes, de dos mundos, de religiones, de lenguas, y ese es el mensaje que nos trae aquí en los EE.UU donde vivimos muchas situaciones de tipo migratorio. Su presencia es la esencia del catolicismo para los que vivimos en este país”, agregó Cobos.
Para María Osores, pertenece a la parroquia Corpus Christi, ubicada en el este de Houston, la importancia de honrar a la llamada también “Virgen Morena” significa valorar sus raíces y mantener el legado religioso que adquirió antes de llegar a este país hace 12 años.
“Como católicos es una fecha para honrar a nuestra madre santísima la Virgen María de Guadalupe. Pero como mexicana es más aún porque es donde se aparece y nos da a conocer que no estamos solos. Ella es nuestra madre, no nos abandona y siempre intercede por nosotros ante su hijo amado”, sostuvo.
Osores, originaria de Puebla, se ha encargado de coordinar el desfile de peregrinación de su grupo de danzantes desde hace varios meses, y hoy ha podido cumplir con la promesa que cada año le hace a la Virgen de Guadalupe.
“Y espero hacérsela hasta que la salud y ella, la Virgen, evite que lo haga”, recalco Osores.
Marco Zapata, del estado de Nuevo León, se ha incorporado a estas celebraciones recién desde hace dos años y para ello viaja desde dos horas en coche desde Victoria (al este de Houston) para vestir su tradicional traje de matachín.
“Hace muchos años que quería hacerle ese regalo a la Virgen de Guadalupe, bailarle y ofrendarle mi cariño para que todo me salga bien, a mí a y a mi familia”, resaltó Zapata, de 51 años, quien mandó pedir las lentejuelas y carrizos de su traje a México.
Desde hace 37 años, miles de feligreses como Zapata llevan a cabo esta celebración que culmina con una misa multitudinaria en el Centro de Convenciones George R. Brown y que es presidida por el Arzobispo Daniel Dinardo.
Según Gilberto Heredia, presidente de la Asociación Guadalupana, que congrega a su vez a más de 30 agrupaciones de Houston, esta celebración es una muestra de la importancia de la herencia cultural de una comunidad como la hispana que ya ha echado raíces en este país.
“La celebración de la misa, las danzas folclóricas con matachines, las imágenes de la Virgen y la música de mariachi son algunos elementos que hacen de esta conmemoración una gran fiesta que congrega a toda la familia”, indicó Heredia.