Una de las joyas rescatadas por la Sociedad Histórica de Nueva York sobre el papel de la clase empresarial en la abolición de la esclavitud a mediados del siglo XIX es un controvertido libro publicado por el español José Ferrer de Couto, propietario del primer periódico de habla hispana en Nueva York, El Cronista, que encabezó en los estados del norte la oposición a los planes abolicionistas de Abraham Lincoln.
“Los negros en sus diversos estados y condiciones; tales como son, como se supone que son y como deben ser”, publicado originalmente en Nueva York en 1864, un año antes del final de la Guerra de Secesión y del asesinato de Lincoln, y ahora publicado en España por la editorial Extramuros, especializada en libros raros y antiguos, es un extenso estudio que intenta justificar económica, histórica y moralmente la práctica de la esclavitud, que Ferrer de Couto no reconoce como tal, sino como “trabajo organizado de los negros”.
El contenido del libro fue propuesto por Ferrer de Couto como una base de acuerdo para que ambos bandos en guerra, el Norte de Lincoln y el Sur de Jefferson, preservasen la esclavitud sin importar el resultado final de la contienda.
Ferrer de Couto fue militar, escritor y empresario. Nació en Ferrol, Galicia- España, en 1820 y murió en Nueva York en 1877. Estudió en la Escuela de la Marina, publicó libros sobre temas militares y poesías hasta que emigró a Nueva York en 1860.
Aunque en Nueva York escribió “Cuba puede ser independiente”, se peleó con los independentistas cubanos hasta el punto de ser retado a duelo en 1870 por el independentista cubano Francisco Porto. En 1875 volvió a ser retado a duelo por el editor cubano del periódico neoyorquino “La Independencia”. Encabezó, además, en los estados del Norte la oposición a los planes abolicionistas del presidente Abraham Lincoln.
El empresario gallego-neoyorquino consideraba que la esclavitud de los negros era en realidad “el rescate de aquellos infelices” de sus “atroces” condiciones en África y la “aplicación de sus fuerzas a la agricultura y a la industria es un hecho civilizador y humanitario”.
“La llegada de Lincoln a la presidencia hizo inevitable la guerra, fue como el primer cañonazo. Y la emancipación de los negros promovida por agitadores de Nueva Inglaterra es la causa de tanta desolación”, escribe Ferrer en su periódico neoyorquino.
El propietario de “El Cronista” se presenta a sí mismo como un reformador que reniega de los esclavistas inhumanos y expone todo un detallado manual legislativo de lo que denomina como “moderna y humanitaria esclavitud”, que debería ser según él uno de los pilares económicos de la sociedad americana.
Ferrer de Couto considera que el flujo de esclavos de África a América permitió “arrancarlos de los altares del Demonio y trasplantarlos a tierras cultas donde al fin alcanzaban el conocimiento de Dios y de la vida social, por los caminos de la religión y el trabajo”.
Lincoln murió asesinado a tiros en el teatro Ford de Washington en 1865, un año después de las diatribas de José Ferrer de Couto. El empresario y periodista español continuó siendo un personaje influyente en Nueva York hasta su muerte en 1877. “The New York Times” le dedicó una generosa necrológica que lo retrata como un empresario que amasó una fortuna en la Gran Manzana, donde ejerció una gran influencia y era el principal referente de la importante colonia española en esa época, cuando España era todavía una de las mayores potencias comerciales y militares del mundo.