Pese a que la paulatina mejora del mercado inmobiliario y las condiciones macroeconómicas han impulsado a los grandes bancos del país, los resultados de Bank of America y Citigroup en 2012 ponen de manifiesto que los abusos cometidos durante la crisis siguen persiguiéndolos.
BofA, relegado a finales de 2011 por JPMorgan Chase al segundo puesto de los mayores bancos estadounidenses, se ha tenido que anotar un cargo de $2.700 millones antes de impuestos en sus cuentas del cuarto trimestre de 2012 por el acuerdo alcanzado con la entidad hipotecaria semipública Fannie Mae.
El pacto demuestra que el banco, que recibió un rescate de $45.000 millones tras el estallido de la crisis, sigue lidiando con los problemas legales derivados de las hipotecas basura que heredó con su polémica compra de Countrywide tras el derrumbe de Lehman Brothers en 2008.
Durante la burbuja inmobiliaria, Countrywide concedió miles de préstamos hipotecarios que no cumplían con los estándares necesarios, unos productos tóxicos que después vendió a Fannie Mae como si fueran saludables, ocasionando pérdidas multimillonarias a la hipotecaria. El acuerdo con Fannie Mae para tratar de pasar página a la pesadilla de las hipotecas basura implica el pago de un total de $3.600 millones a esa entidad y destinar otros 6.750 millones para recomprarle hipotecas a un precio de descuento.
Los resultados del cuarto trimestre de Bank of America también se vieron mermados por una provisión de $1.100 millones por el acuerdo alcanzado por ése y otros nueve bancos con la Reserva Federal de EE.UU. para zanjar la investigación por los abusos en las ejecuciones hipotecarias.
El pacto es resultado de la polémica de los “robos signatarios”, que implicaban la autorización del embargo de una vivienda por personas no cualificadas que no verificaban los documentos que justificaban el desahucio.
Así, el segundo mayor banco del país, registró entre octubre y diciembre pasados un beneficio neto de $732 millones, el 63 % menos que los $1.991 millones que ganó durante los mismos tres meses de 2011.
Sin embargo, en el conjunto del ejercicio la entidad financiera triplicó su beneficio neto hasta alcanzar los $4.188 millones, comparado con los 1.446 millones del año anterior, lo que su consejero delegado, Brian Moynihan, atribuyó al aumento de la concesión de hipotecas y créditos empresariales.
Más complicado ha sido para Citigroup capear los cargos relacionados con los abusos cometidos tras la crisis, que le han supuesto un cargo de $305 millones como parte del acuerdo por las ejecuciones hipotecarias en el cuarto trimestre. De esta forma, en el cuarto trimestre el banco ganó $1.196 millones, el 25 % más interanual, pero menos de lo pronosticado por los analistas.