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Congreso vive jornada migratoria

Washington.- El Congreso vivió el miércoles 13 de febrero una nueva jornada con la reforma migratoria como protagonista, en la que tomaron parte tanto la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, como un grupo de inmigrantes desplazados hasta la capital para hacer oír su voz.

En su intervención ante el Comité Judicial del Senado, Napolitano pidió “sentido común” para una reforma que evite la separación de las familias y muestre un camino hacia la ciudadanía para aquellos que han construido su vida en el país, unas preocupaciones compartidas también por la comunidad inmigrante.

“El sistema de inmigración no solamente está roto, sino que está hiriendo nuestro país”, aseguró, quien también defendió la “identidad estadounidense” basada en que es un país de inmigrantes que lo enriquecen y ayudan a su progreso.

Aun así, la secretaria de Seguridad Nacional hizo hincapié en “el imperativo” que supone seguir garantizando la seguridad fronteriza.

“Nuestras fronteras son más fuertes que nunca. He experimentado el cruce ilegal de fronteras y me he comprometido a eliminar este asunto. Nuestras fronteras están mejor que antes, y los resultados son claros, pero no está todo hecho”, añadió la secretaria de Seguridad Nacional.

Napolitano también recordó que la deportación de los once millones de inmigrantes ilegales que se calcula hay en el país es “simplemente imposible”, y no sólo eso, sino que además “sería un factor debilitador” para la economía de EE.UU. y provocaría la ruptura de miles de familias.

“A partir de ahora debemos hacer las cosas más difíciles para aquellos que quieran entrar de manera ilegal y hacer las cosas más fáciles para aquellos que ya están aquí y forman parte de la sociedad estadounidense”, subrayó.

Con la mayoría de las afirmaciones de Napolitano coincidieron el centenar de inmigrantes indocumentados y familiares reunidos también en las dependencias del Capitolio para trasladar sus vivencias a varios legisladores hispanos y pedir la aprobación de una reforma migratoria integral.

“Me llamo Tomás Martínez, vengo del estado de Georgia, soy indocumentado y ¡no tengo miedo!”, dijo uno de los primeros ponentes, quien denunció vivir en una situación en la que no puede estar en la calle “sin temor de que me pare una patrulla policial y jamás vuelva a ver a mi familia”.

“Mi marido fue detenido hace tres meses”, explicó Josefina Mora, vecina de Chicago (Illinois) y madre de tres niños pequeños, para añadir que “las familias juntas son la mejor manera para luchar contra la criminalidad”. “Si los padres son detenidos, ¿qué ocurre con los niños?”, se preguntó.

Entre los relatos de los inmigrantes, dos jóvenes latinos interpretaron acompañados por sendas guitarras una ranchera compuesta especialmente para la ocasión, en la que recordaron las promesas incumplidas del presidente Barack Obama y le urgieron a enmendarlas.

“Se llevaron a mi padre, se lo llevó la inmigración, y tristes nos quedamos mi madre y mis hermanos. No sabemos qué hacer en esta situación, pues era nuestro sustento y nuestra adoración”, rezaba la letra de la canción, que terminó con un mensaje directo para el presidente.

“Obama, apiádate de mi padre, tú prometiste una reforma y ni siquiera la has empezado, a todos los que votaron por ti, a todos los has defraudado”, concluyó.

Precisamente el martes el presidente se refirió a la inmigración en su discurso sobre el estado de la Unión e instó al Congreso a llevar a cabo una “verdadera” reforma que garantice tanto una mayor seguridad fronteriza como un camino a la ciudadanía.

“Envíenme un proyecto de ley para una reforma migratoria integral en los próximos meses y yo la firmaré de inmediato”, prometió.

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