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El mantenimiento de los techos en primavera

La estación de primavera es la ocasión de hacer muchas cosas, desde el redescubrimiento de la vida al aire libre, hasta la eliminación del desorden de otro largo invierno.

Para numerosos dueños de viviendas, esa limpieza primaveral equivale a una cuidadosa inspección del exterior de la casa. El invierno puede ser especialmente perjudicial para las áreas externas, en particular los techos.

Si bien las manchas en el cielorraso o las filtraciones obvias son formas fáciles de detectar daños en la cubierta, en numerosas ocasiones los problemas no saltan a la vista. Los dueños de viviendas que esperan darle a su techo una inspección exhaustiva deben considerar los consejos siguientes para reconocer los daños:

• Inspeccionar el terreno alrededor de la vivienda. Aunque pudiera parecer raro mirar hacia abajo para detectar daños en el techo, algunas de las señales más claras de los mismos pudieran estar en el patio, los arbustos cercanos o la entrada de los vehículos. Los fuertes vientos, comunes en muchas regiones durante los meses invernales, pueden hacer volar las tejas, que pueden caer en el patio, los árboles, arbustos, entrada de vehículos, etcétera.

Los propietarios de viviendas deben recorrer el exterior de la propiedad y ver si hay tejas completas o fragmentos en el suelo. Esto se debe hacer lo antes posible, y seguro antes del primer corte de césped de la primavera.

• Subir al techo. La mejor manera de detectar daños en el techo es subir al mismo. Ciertos daños requieren una inspección cuidadosa, pues no toda rotura anuncia su presencia a través de una filtración en el cielorraso o unas tejas en el suelo.

Por ejemplo, los daños ocasionados por el granizo dejan marcas o arañazos en las tejas, e incluso pueden rajar las juntas de las mismas.

Con frecuencia, esos problemas no son perceptibles a simple vista, y para detectarlos se necesita una inspección exhaustiva.

• Detectar daños por incendio. La respuesta obvia ante el aviso de que se debe inspeccionar un techo para detectar daños por incendio es preguntar: “Si no ha habido un incendio en mi casa, ¿cómo se puede haber dañado el techo?”. Lamentablemente, hasta un incendio en la vecindad puede dañar los techos aledaños. El calor de un siniestro cercano puede dañar un techo que nunca se ha incendiado.

Esos daños se pueden manifestar mediante marcas de quemaduras en el techo, o en zonas del mismo que parecen inconsistentes. Los dueños de viviendas que vivan en barrios donde se haya producido un incendio en invierno deben inspeccionar los techos para detectar cualquier daño.

• Inspeccionar los soportes del techo. Los dueños de viviendas que residan en regiones donde abunden las nevadas también deben inspeccionar las vigas en el desván.

Los techos tienden a afectarse en regiones de nevadas intensas, pues el peso de la nieve es perjudicial al paso del tiempo. Un problema que puede afectar las tejas del desván, causando pandeos o rajaduras en las mismas.