Chile pertenecerá en 2014 al grupo de unos 30 países —la mayoría de Europa— que pueden ingresar a Estados Unidos sin visa. Este acuerdo surgió del encuentro oficial entre el presidente de ese país, Sebastián Piñera, y su homólogo local, Barack Obama.
Los mandatarios hablaron el martes 4 de iniciar este proceso de exención, que habilitará a los ciudadanos chilenos a viajar por negocios, turismo o educación, sin visa, por períodos de hasta 90 días.
Para la comunidad chilena del área es un avance, pero también una decisión para reflexionar. Nora Cortese, periodista y artista chilena que reside en Virginia, dijo a El Tiempo Latino que “sería un tremendo logro y como chilena me alegra que alivie los trámites de más de 200.000 compatriotas que viajan a Estados Unidos”.
Sin embargo, Cortese agregó que “este plan entrega un mensaje de doble moral con una política migratoria dispareja, que actúa de un modo con algunos seres humanos que vienen de ciertas regiones del globo y con otros que vienen de ‘un país amigo’”.
De hecho, la exención de visas está directamente relacionada con la situación económica y política del país. Como ejemplo, una nación vecina a Chile, Argentina, gozó de ese privilegio por años, hasta que la crisis económica y política de 2001 la sacó de la lista de países “amigos”.
En el encuentro oficial con Obama, Piñera también discutió la posibilidad de importar gas natural estadounidense, cuando se comience a exportar.
El mandatario —quien cobró fama mundial tras el manejo eficiente del rescate de los 33 mineros chilenos en 2010— siguió viaje a El Salvador, en donde se reunió con Mauricio Funes.