La garra charrúa contra el tiki taka. La pierna dura ante el pase y la precisión. Dicen que los estilos hacen los partidos, y es difícil encontrar dos selecciones con filosofías más contrastantes que España y Uruguay, rivales el domingo en la primera fecha de la Copa Confederaciones.
Bien sabido es que los campeones mundiales y europeos priman la posesión del balón, el juego fluido, los pases laterales y, ante todo, la paciencia a la hora de atacar. No hay defensa que aguante el martilleo español, o al menos así lo cree la Roja, que en vez de enfilar al arco rival como río descontrolado, lo hace gota a gota, hasta que encuentra la grieta en el dique y desborda al rival.
Uruguay no ha cambiado mucho su estilo de juego en el más de medio siglo que pasó desde su último título mundial. Y a gran honra. Aunque cuenta con futbolistas de pie fino y letales en el área, especialmente su dupla de ataque de Luis Suárez y Edinson Cavani, la Celeste apuesta a la presión agobiante en el medio campo, la recuperación del balón y el contragolpe.
“Cuando enfrentas a un equipo que sabes que es superior, ese saber que es superior te tiene que ayudar a multiplicarte y a tener rebeldía para querer ganarle, y no aceptar la derrota de antemano”, señaló el capitán de Uruguay, Diego Lugano.
El zaguero del Paris Saint-Germain, que jugó a préstamo en el Málaga la temporada pasada, describió la diferencia en esencia entre el fútbol español, especialmente de la última década, y el de Uruguay.
“Tenemos una forma de sentir y de jugar muy diferentes”, relató. “Cuando se compara con el fútbol infantil de España, es una educación totalmente diferente. Desde los tres años, desde que empiezan a tocar la bola, los padres (en Uruguay) en vez de pedirles (a los niños) que hagan dos pases, les exigen que metan pierna, que ganen las pelotas divididas, que tengan amor propio, que sean buenos compañeros; entonces de pequeño se nace con esa sangre, que de grande la quieres cambiar, pero ya la tienes en la genética”.
Ese ADN, más los goles de Suárez y Diego Forlán, ayudaron a Uruguay a terminar cuarto en el Mundial de 2010 y ganar la Copa América del año siguiente. Sin embargo, el equipo de Oscar Tabárez entró en una etapa de altibajos luego de su éxito en Argentina, y apenas el martes se metió en el quinto lugar de las eliminatorias sudamericanas —que da acceso a un repechaje— con un triunfo 1-0 sobre Venezuela en Puerto Ordaz.
“El partido contra Venezuela fue anímicamente muy importante. Hubiese sido muy difícil llegar a este torneo con una derrota y prácticamente eliminado del Mundial”, resumió Suárez, el goleador del Liverpool y blanco de rumores sobre una posible transferencia al Real Madrid.
Esa victoria sin duda elevó el ánimo de la Celeste, que ha tenido problemas para entrenarse en Recife por la lluvia y porque la cancha que le tocó en un sorteo está a más de una hora y media de distancia de su hotel.
Uruguay tiene un referente cercano de la potencia de la Roja, ante la que perdió 3-1 en un amistoso en febrero en Doha.
Superiores en el papel y favoritos de los apostadores, los jugadores españoles no quieren sacar muchas conclusiones del amistoso de hace cuatro meses y encaran con mucha seriedad a Uruguay.
“Es un equipo muy sólido, muy agresivo, muy solidario, se defienden bien”, analizó el cerebro del mediocampo español, Xavi Hernández. “Luis es un futbolista extraordinario, capaz de marcar la diferencia y de torcer cualquier partido”.
España recuerda bien la Confederaciones de 2009 en Sudáfrica, donde nada menos que Estados Unidos le dio una estocada al eliminarla en las semifinales. Un revés que todavía les duele, ya que les privó de la posibilidad de disputar la final del único trofeo que les falta por levantar en esta era dorada.
“España tiene la espinita clavada de hace cuatro años en Sudáfrica. Queremos hacer un buen papel”, comentó Xavi. “Vamos a ver qué tal se nos da. Estamos preparados e ilusionados para competir”.
La gran duda en el equipo español es quién defenderá el arco: el capitán Iker Casillas o Víctor Valdés. Casillas tuvo una temporada para el olvido con el Real Madrid, donde el técnico José Mourinho lo despojó de la titularidad, se fracturó una mano y estuvo inactivo varios meses.
Del Bosque rehusó decir el sábado quién atajará ante Uruguay.
“Mañana (domingo) lo sabréis”, zafó, como para estirar la intriga. “Tenemos tres excelentes porteros”.
El timonel también debe decidir si juega con un nueve tradicional, como Fernando Torres, o un mediocampista de ataque como Cesc Fábregas.
Más allá de esas interrogantes, Del Bosque parece tener su esquema claro —no varía su estilo de jugar ni por casualidad— y también ha analizado bien a su rival. Y para nada se deja llevar por el sello de favoritos que les pegan todos, incluyendo los uruguayos.
“En el fútbol hay que tener cuidado de no fiarse mucho de lo que ha sucedido”, advirtió.
Probables alineaciones:
ESPAÑA: Víctor Valdés (Iker Casillas), Sergio Ramos, Gerard Piqué, Jordi Alba, Alvaro Arbeloa, Sergio Busquets, Javi Martínez, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, David Silva, Cesc Fábregas (Fernando Torres).
URUGUAY: Fernando Muslera, Martín Cáceres, Diego Godín, Diego Lugano, Maxi Pereira, Gastón Ramírez, Walter Gargano, Diego Pérez, Cristian Rodríguez, Edison Cavani, Luis Suárez.