PANAMÁ— Miércoles 17, de julio, el gobierno panameño aseguró que Cuba debió informar del material armamentista que embarcó en un buque norcoreano de dudosa reputación que pretendía cruzar el canal interoceánico e informó que espera ayuda de las Naciones Unidas para determinar el futuro del barco y su tripulación.
Después de que el presidente Ricardo Martinelli anunciara la noche del lunes 15, de julio por su cuenta de Twitter la retención del barco y el descubrimiento de material bélico escondido en un contenedor tapado por miles de sacos de azúcar, el gobierno cubano informó un día después que el buque había zarpado de un muelle de la isla con 10.000 toneladas del cristal moreno y 240 toneladas de “armamento defensivo obsoleto” para ser reparado y luego devuelto al país.
La isla caribeña expuso sus argumentos de defensa nacional y su “firme e irrevocable” compromiso con la paz, el desarme, incluso nuclear, y el derecho internacional.
“Cuba tiene el derecho de plantear, por supuesto, su posición y nosotros en eso no tenemos nada que opinar”, planteó el miércoles 17, de julio el ministro de Seguridad Pública, José Raúl Mulino, en una entrevista telefónica.
Pero, “ciertamente, una carga por obsoleta que sea o por dañada que esté no se puede transportar internacionalmente a escondidas y mucho menos tratándose del tipo de carga que es”.
“Para transitar por cualquier mar del mundo, la carga que usted transporta, así sea desechos, tiene que declararse y no es ilegal y contrabando”, añadió. “Ese comunicado de Cuba lo que revela es que este no era un tránsito inocente”.
Además, el ministro mencionó el hecho de que el barco norcoreano, identificado como Chong Chon Gang y fabricado a fines de la década de 1970, ha estado involucrado en otros hechos delictivos.
“Es decir, no es cualquier barco el que estamos viendo en la escena. Tampoco no es un barco público, oficial, militar del gobierno norcoreano.
Es un barco mercante que pretendía pasar por el Canal de Panamá con un conocimiento de embarque que no reflejaba todo lo que llevaba dentro, independientemente de que el mismo pueda violar o no normas o resoluciones de las Naciones Unidas”.
Dos de los contenedores que estaban escondidos por miles de sacos de azúcar y que llevaban dentro parte del material de guerra cubano fueron sacados del buque el miércoles 17, de julio y colocados en un patio del puerto internacional de Manzanillo, en la provincia caribeña de Colón, donde está retenida la embarcación de bandera norcoreana, indicó Mulino. Agregó que quedan otras bodegas por despejar.
La tripulación de 35 marinos norcoreanos sigue bajo custodia de las autoridades de seguridad y por órdenes de una fiscalía de drogas.
El Ministerio Público indicó en un comunicado que a la tripulación se le inició una investigación por la supuesta comisión del delito de “atentar contra la seguridad colectiva”, debido al hallazgo del material bélico en el buque. No se les ha instruido ningún cargo hasta el momento.
Mulino dijo que esperan la llegada de expertos de Estados Unidos, Reino Unido y del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para la tarea de inspección técnica del armamento, y que el gobierno está interesado en que el organismo mundial tome parte en las investigaciones.
La retención del barco tiene lugar en momentos en que Corea del Norte enfrenta una prohibición de la ONU para importar armas sofisticadas y misiles tras sus recurrentes pruebas nucleares. Martinelli dijo el lunes 15, de julio que creía que el transporte del material bélico sin declarar era una violación internacional y que Panamá acataba las resoluciones de la ONU.
Un intercambio de información de inteligencia en el que habría participado Estados Unidos alertó hace una semana del tránsito del buque norcoreano y sobre las sospechas de que probablemente llevaba drogas, explicó Mulino.
Una vez que ingresó a aguas del Caribe panameño, los agentes del Servicio Nacional Aeronaval y antidrogas de este país intentaron abordar el buque para inspeccionarlo, pero se toparon con la resistencia de la tripulación.
“Creo que quedamos claro y entendemos perfectamente ahora por qué fue la actitud hostil y violenta de la tripulación y de su capitán”, explicó Mulino.
El fiscal de drogas Javier Carballo aseguró que después de que se logró abrir con acetileno el primer contenedor el lunes 15, de julio, el capitán del barco intentó suicidarse cortándose el cuello con una pequeña navaja dentro del baño. El capitán fue llevado a un hospital de la provincia de Colón en donde permaneció hospitalizado hasta el martes 16, de julio por la tarde.
Mulino aseguró que el vicecanciller cubano arribó el sábado 13, de julio a Panamá y le solicitó al presidente Martinelli la liberación del buque, en el único contacto que han tenido ambos gobiernos sobre el caso.
Por otra parte también, Estados Unidos confirmó el miércoles 17, de julio, que proporcionará la asistencia que Panamá le ha solicitado para inspeccionar el barco norcoreano retenido en su territorio, y aseguró que contactará a Cuba “muy pronto” para conversar sobre el armamento procedente de la isla que fue hallado en el barco.
“Hemos recibido una petición de asistencia de las autoridades panameñas y estamos dispuestos a cooperar de la mejor forma posible”, dijo una portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, en una conferencia de prensa.
El Gobierno estadounidense ha informado además al cubano de que conversará “muy pronto con ellos sobre este barco”, agregó la portavoz sin dar más detalles.
El Departamento de Estado no espera que las tensiones sobre el barco norcoreano se traten durante las conversaciones sobre migración en las que participan el miércoles 17, de julio representantes de EE.UU. y Cuba en Washington, aseguró Harf.
“El diálogo sobre migración tiene un conjunto de temas muy estructurados, y no esperamos que este otro asunto se trate en la reunión. Son dos conversaciones separadas”, añadió.
El Gobierno de Cuba admitió el martes 16, de julio por la noche a través de una declaración que el barco de bandera norcoreana zarpó, en un fecha no precisada, de un puerto cubano rumbo a Corea del Norte con 240 toneladas métricas de armamento defensivo de la isla en estado “obsoleto”, para ser “reparado y devuelto”.
La portavoz estadounidense aseguró que, antes de llegar a conclusiones, debe completarse la investigación, que “está empezando”, de una comisión de especialistas de la ONU para determinar si se violaron sanciones del Consejo de Seguridad del organismo contra Corea del Norte.
“Cualquier acusación de violaciones a resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU es increíblemente preocupante para nosotros. Nos lo tomamos muy en serio, y por eso vamos a apoyar este proceso”, indicó Harf.
En la misma línea, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, advirtió el miércoles 17, de julio, que “si se determina” que el barco transporta material bélico, “se violarían sanciones” del Consejo de Seguridad.
El Gobierno de Panamá informó el miércoles 17, de julio de que ya ha solicitado a la ONU que envíe a técnicos del Consejo de Seguridad y también ha pedido formalmente “equipos y personal” especializado a Estados Unidos, que esta misma semana podría enviarlos.
Harf precisó que la ayuda de Estados Unidos podría consistir en “asistencia a la hora de identificar el material a bordo” del buque y “personal que está familiarizado con este tipo de inspecciones”.
El carguero permanece retenido en el puerto de Manzanillo, en la ciudad de Colón, cerca de la entrada del Canal de Panamá por el Caribe, donde es sometido a una minuciosa revisión que se calcula que podría durar entre ocho y diez días, según las autoridades panameñas.
Las armas fueron encontradas ocultas en contenedores, bajo miles de quintales de azúcar, producto éste el único declarado como mercancía ante las autoridades panameñas.
(Noticia esta en desarrollo)