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La Barra Brava del United delira por el nuevo estadio

Con casi 18 temporadas cumplidas, 19 equipos funcionando y el vigésimo ya aprobado, además de los modernos estadios en muchas ciudades especialmente diseñados para jugar al fútbol, no parece haber dudas de que el fútbol profesional ya se estableció definitivamente en Norteamérica.

Y en el logro de este objetivo, el D.C. United ha jugado un papel fundamental, especialmente en el crecimiento de esa nueva pasión de los aficionados, gracias en parte a las cuatro copas de la MLS logradas por el club, especialmente las de 1996, 1997 y 1999 cuando el club logró capitalizar el entusiasmo por este deporte, generado en todo el país a raíz de la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA USA-94.

Pero por más de 10 años, el D.C. United ha jugado con cierta “envidia” en diferentes ciudades norteamericanas contra equipos de la MLS desde Toronto, Canadá, hasta Los Ángeles, California.

En unas 12 ciudades, los nuevos estadios construidos a partir de 1999 han definitivamente motivado a los hinchas a ir en masa a los partidos, y a desatar en las tribunas su pasión por el deporte más popular del planeta.

Es por ello que el acuerdo logrado hace unas tres semanas entre el equipo y el alcalde de Washington, DC, Vincent Gray, para la construcción de un estadio en la ciudad, llenó de júbilo a directivos, jugadores y principalmente a los aficionados.

“La verdad es que ésta es una de las mejores noticias que hemos recibido en muchos años”, dijo a El Tiempo Latino el hincha boliviano, Oscar Zambrana, presidente de la Barra Brava del D.C. United.

La euforia de Zambrana y sus compañeros en la Barra Brava, así como el Screaming Eagles, La Norte y otros grupos que apoyan al DC en sus partidos como local tiene su justificación.

Los capitalinos han jugado desde su fundación en 1996 en el antiguo Memorial Stadium Robert F. Kennedy, una instalación construida hace más de 50 años, con mucha historia y recuerdos, pero también obsoleta, con muchas sillas y pocas facilidades.

“Es una gran noticia porque un estadio garantiza que el equipo se quedará en la capital y además con una casa permanente”, agregó Zambrana fundador en 1996 de la Barra Brava, un entusiasta grupo que ha permanecido durante todos estos años fiel al equipo en las tribunas del RFK. Estos hinchas inclusive viajan con el equipo a ciudades de la costa este o, cuando se da el caso, a semifinales o finales de la liga.

Es que el United ha tenido que soportar en el RFK fallas eléctricas, una infraestructura que se cae a pedazos, conflictos de programación con otros juegos de béisbol y fútbol, baños y concesiones anticuadas y la falta de suites de lujo.

Los capitalinos, a pesar de un éxito sin precedentes en el campo de juego, han fracasado repetidas veces en sus intentos de obtener una nueva sede en la ciudad, y en varias oportunidades ha considerado mudarse a estados vecinos como Virginia y Maryland.

“Nosotros como hinchada nunca perdimos las esperanzas porque es un sueño que venimos añorando desde hace años”, agregó Zambrana sobre el acuerdo de

construir un estadio con al menos 20 mil sillas en la zona de Buzzard Point al sur oeste de Washington.

En caso de que todo salga como está planificado, el D.C. United estaría cumpliendo su sueño de tener su propio estadio para el inicio de la temporada de 2016, 17 años después de que se inauguró el Crew Stadium en Columbus, Ohio, el primer estadio construido en la liga específicamente para jugar al fútbol.

“Es un paso muy grande que ha dado el club y agradecemos el esfuerzo que han hecho todos para hacer justicia con el equipo y finalmente aprobar la construcción de su nueva casa”, concluyó Zambrana, en referencia tanto al alcalde Vincent Gray como al propietario y gerente del United, Jason Levien, quien desde que se asoció el año pasado con Will Chang y Erick Thohir, ha estado trabajando con los funcionarios del gobierno local para lograr este cometido.

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