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Happy Hostage Heritage (I)

I pledge to write four columns celebrating Hispanic Heritage Month (HHM) and questioning my own celebratory mood. The title, Happy Hostage Heritage, tries to reflect on the fact that Hispanics in America are hostages of their own success. My thesis: Hispanics —the majority minority— are gringos or at least as gringos as those who throughout contemporary American history have portrayed themselves as quintessential gringos. My first fury: we have too many Hispanic leaders and a clamorous lack of Hispanic leadership —where are those voices that fill up the hearts and minds of a community and make that community feel full of purpose? My second fury:  Hispanics are allowing others to define them —be it white, old, grumpy men on TV; some politicians in Congress; or Hispanic activists. My questions: Why are Hispanics always portrayed as “illegals,” or a community of underachievers? Why don’t Hispanics exist in media –besides the sorrowful quota of blood, sweat, and tears allocated to us on TV or Hollywood? Why isn’t a Hispanic population of 50 million people—all of who have American passports or legal residence statuses—ever part of an intelligent conversation? When “white” broadcasters defame the Hispanic community, why does it not trigger any consequences? Why is our own Hispanic media full of stereotypes, and why does it constantly attack the intelligence of the Hispanic audience? So many questions… I pledge to give my answers in the coming four weeks.

My thesis: Hispanics —the majority minority— are gringos or at least as gringos as those who throughout contemporary American history have portrayed themselves as quintessential gringos.

I do understand that the idea of HHM is to recognize the Hispanic roots of immigrants who made it in America. But, let me check a history book: those are not Hispanic roots, those are American roots. That is the way Hispanics became US Americans. Therefore, we are the gringos. How is it that a small group of Pilgrims —100 British religious renegades— became quintessential Americans while we—Spanish speakers, explorers, founders of cities and catalysts of the new American culture— end up being “the other,” the foreigner, the immigrant?

HHM celebrates the histories, cultures and contributions of American citizens whose ancestors came from Spain, Mexico, the Caribbean and Central and South America. The observation started in 1968 as Hispanic Heritage Week under President Lyndon Johnson and was expanded by President Ronald Reagan in 1988 to cover a 30-day period starting on September 15 and ending on October 15.

The day of September 15 is the anniversary of independence for several Latin American countries. In addition, Mexico and Chile celebrate their independence days on September 16 and 18 respectively. Also, Columbus Day is October 12. Welcome to the one-stop-shop US Hispanic Fiesta.

More about this in the next column.

Feliz Herencia Cautiva (I)

Me comprometo a escribir cuatro columnas para celebrar el Mes de la Herencia Hispana (MHH) y cuestionar mi propia felicidad.  El título —Feliz Herencia Cautiva— trata de cómo los hispanos son cautivos de su propio éxito. Mi tesis: los hispanos —la minoría mayoritaria— somos gringos o, al menos, tan gringos como quienes a través de la historia se han proyectado como los gringos esenciales. Mi primer enfado: tenemos demasiados líderes y una clamorosa ausencia de liderazgo hispano —¿Dónde están esas voces que llenan los corazones y las mentes de una comunidad y la llena de propósitos? Mi segundo enfado: los hispanos estamos permitiendo que nos definan los demás —llámense enojados, viejos, hombres blancos en televisión; algunos políticos en el Congreso; o los mismos activistas hispanos. Mis preguntas: ¿Por qué a los hispanos se les retrata siempre como “ilegales” o como una comunidad llena de fracasados? ¿Por qué no existimos en los medios de comunicación —excepto por esa triste cuota de sangre, sudor y lágrimas que parece correspondernos en TV y en Hollywood?  ¿Por qué una población hispana de 50 millones con pasaportes estadounidenses o estatus de residencia legal casi nunca forma parte de una conversación inteligente?  ¿Por qué los comunicadores de TV difaman a la comunidad hispana sin que pase nada?  ¿Por qué nuestros medios en español están abarrotados de estereotipos y atacan la inteligencia de la audiencia hispana? Tantas preguntas…

Mi tesis: los hispanos —la minoría mayoritaria— somos gringos o, al menos, tan gringos como quienes a través de la historia se han proyectado como los gringos esenciales.

Me comprometo a escribir mis respuestas en las siguientes cuatro semanas.

Entiendo que la idea del MHH es reconocer las raíces hispanas de los inmigrantes. Pero permitan que repase la historia: esas no son raíces hispanas, son raíces estadounidenses. Esa es la manera en que los hispanos nos hicimos estadounidenses. Nosotros somos los gringos. ¿Cómo es posible que un grupo de Peregrinos —100 renegados religiosos británicos— se convirtieran en los estadounidenses esenciales y nosotros —hispanohablantes, exploradores, fundadores de ciudades y catalizadores de la nueva cultura americana— terminemos siendo “el otro”, el extranjero, el inmigrante?

El MHH celebra las historias, culturas y contribuciones de los ciudadanos cuyos antepasados vinieron de España, México, el Caribe y Centro y Sur América. La festividad se estableció en 1968 como Semana de la Herencia Hispana con el presidente Lyndon Johnson y se expandió con el presidente Ronald Reagan en 1988 para abarcar un período de 30 días que comienza el 15 de septiembre y termina el 15 de octubre. El 15 de septiembre es el aniversario de la independencia de varios países latinoamericanos. Además, México y Chile celebran sus independencias el 16 y el 18 de septiembre respectivamente. Y el “Columbus Day” o Día de la Raza o Día de la Hispanidad, es el 12 de octubre.

Bienvenidos a la más compacta de las fiestas hispanas.

Más sobre el tema en la próxima columna.

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