¿Es la forma de aplicar la ley de inmigración por parte de la ad- ministración Obama demasiado dura o demasiado blanda? ¿Puede ser ambas cosas? Suzy Khimm escribió en su blog del Washington Post que, hasta julio de 2012, “Obama deportó 1.4 millones” de inmigrantes indocumentados. Según cifras del Departmento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), el récord de Oba- ma significaba 1.5 veces más inmigrantes en promedio de los que Bush deportó cada mes. En el año fiscal de 2012, fueron deportados más de 400.000 immigrantes —la mayor cantidad anual reportada en la historia del país.
¿Hubo un incremento de inmigrantes no autorizados en Estados Unidos para explicar el récord de Obama? No.
El Pew Center estimó la población indocumentada en 11 millones. Esta población aumentó con Bush y se redujo con Obama de- bido a la crisis económica, entre otros factores. Entonces, ¿es este aumento en las deportaciones mensuales (más del 50%) prueba de la agresividad de la administración Obama? Sí y no.
El Transactional Record Access Clearing House (TRAC) —que mo- nitorea las estadísticas sobre la aplicación de la ley migratoria— encontró que el número de nuevas deportaciones ordenadas en corte de inmigración se había reducido cada año desde que Obama llegó a la presidencia. Pero no todas las deportaciones son el resultado de audiencias en corte migratoria.
Por ejemplo, alguien puede ser deportado sin necesidad de una audiencia si reingresó al país ilegalmente o puede ser deportado administrativamente al ser culpable de ciertos crímenes. ¿Es posible que ICE esté “puenteando”
las cortes de inmigración más que nunca?
Regresemos al récord de Obama: datos de TRAC indican que entre los casos de deportación que llegan a las cortes migratorias, el porcentaje de quienes reciben permiso para permanecer en el país ha aumentado: de 29.4% en 2010 a 45.1% en 2013.
Gran parte de la base hispana de Obama ha dicho que el único “no se puede” que aceptarán es “no más” deportaciones.
Una explicación sería que se trata del resultado de Programa de Acción Diferida (DACA) implementado por Obama y que permite a los Dreamers evitar la de- portación. Obama asegura que su prioridad son los indocumentados con récord criminal. Pero datos de TRAC dicen que las deportaciones basadas en actos criminales se ha mantenido en un bajo 14% -15%.
Hasta el momento, el legado de Obama está marcado por las deportaciones. El presidente le dijo a José Díaz-Balart de Telemundo que parar las deportaciones “no era una opción”.
Al mismo tiempo, gran parte de la base hispana de Obama ha dicho que el único “no se puede” que aceptarán es “no más” deportaciones. Obama le dijo a Díaz-Balart que detener las deportaciones “sería muy difícil de defender legalmente”. Sin embargo, podría expandir DACA o parar las deportaciones “de un plumazo” con una orden ejecutiva, según se sugiere en un libro del catedrático Kenneth R. Mayer sobre las inevitables controversias que rodean a las órdenes ejecutivas presidenciales a través de la historia.
Desde la perspectiva legal, no se trata de lo que se puede o no hacer. Se trata del precio político que el presidente esté dispuesto a pagar.