Primero, la estilista tiene una cita con la quinceñera y sus padres, o con la novia. Allí comienza un trabajo que mezcla la creatividad, la intuición, la estética y la psicología. Por lo general, las jóvenes que se preparan para su gran fiesta, planifican este momento con un par de meses de anticipación.
“Inicialmente trabajo sobre la parte física de acuerdo con el aspecto de la clienta”, comentó el lunes 21 a El Tiempo Latino la estilista colombiana Karen Ahumada, que tiene su local Impact Salon LLC, en Annandale, Virginia. “Orientamos al cliente sobre el tipo de peinado y maquillaje que le conviene más. El 99 por ciento son peinados complicados, pero que tienen que verse sencillos. Por lo general, un medio recogido alto, con algo de rulos, pero casual, práctico y delicado”, explicó.
Ahumada llegó a Virginia en 2002, después de haber trabajado como estilista en Barranquilla, Colombia. Sacó todas las licencias requeridas y después de trabajar en varios salones montó finalmente el propio. Trabaja sólo por cita, algo habitual en las estilistas del área cuando se trata de novias y quinceañeras. Muchas van sólo a domicilio y no tienen local propio como el caso de la boliviana Rissel Soliz (571-276-0639), que llegó al área con su madre y su padrastro cuando tenía 9 años.
Soliz, se confiesa autodidacta, y una peinadora y maquilladora intuitiva. Comenzó en Virginia, peinando a sus amigas y familiares, y desde hace tres años se lanzó a través de desfiles de modas, pasarelas y bodas.
La oferta estética para estos eventos, incluye diferentes propuestas, precios y arreglos. En general, las maquilladoras y peinadoras del área dan un servicio completo y además, pueden incluir la atención a las damas de honor, a la familia y a veces, hasta a los chambelanes o caballeros de honor de una boda.
“Respeto mucho la opinión de la clienta”, aseguró Ahumada. “Lo importante es transmitirle confianza para que entienda los trucos que se pueden utilizar para mejorar y hacer un buen trabajo”.
Muchas maquilladoras y peinadoras piden una foto de la clienta y se presentan en la primera cita con un boceto del peinado y el maquillaje.
Los precios oscilan entre $65 y $150, según el tipo de servicio. Por lo general, arreglar a una novia o a una quinceañera lleva una hora y media o dos.
“Las chicas de 15 quieren peinados más suaves, con ondas, y agarrados”, afirmó Soliz.
Ambas estilistas coinciden en que las diferencias entre novias y quinceañeras no es tan sustancial, ya que la opción es algo sencillo.
“Hay una frase muy profesional que dice que lo sencillo es más impactante que lo extravagante”, afirmó Ahumada.