El Comité Nacional Republicano (RNC) lanza en estos días anuncios radiofónicos político-publicitarios con un objetivo: acusar a los miembros del Partido Demócrata de mentir a los votantes al decirles que podrían mantener sus planes de salud bajo el Obamacare. Los anuncios —según indicó el RNC en un comunicado— instan a los oyentes a incluir una curiosa resolución de Año Nuevo: “hacer que los demócratas rindan cuentas por sus promesas”.
Somos la única nación industrializada donde la salud es un privilegio. Tenemos uno de los sistemas de salud más caros y segregados del mundo.
Y lo único que escuchamos de quienes se oponen a la ley es que este país no puede permitirse proporcionarle seguro de salud a todos sus ciudadanos.
Pregunta: ¿No debería ser ésta una resolución de alcance bipartidista? Es lo que ocurre con las campañas de marketing político en las que el tiro puede “salir por la culata” o terminar impactando en dos blancos a la vez.
Los anuncios de mercadotécnia republicana se transmitirán en inglés y en español en Colorado y Virginia, y en vietnamita en Louisiana. En Virginia también se escuchará el mensaje en coreano. Parece que los expertos republicanos tienen claro que la audiencia “target” ni ve la TV ni lee la prensa en español en esos estados. Habrá que pasarles un “media kit” de El Tiempo Latino —por poner un ejemplo interesado— para que se eduquen sobre el impacto comunitario del “papel” en la población hispana del área metropolitana de Washington, DC.
Pero volvamos al tema:
Los políticos demócratas contra quienes está dirigida esta campaña están en Colorado, Virginia, West Virginia, Louisiana, Iowa y Nueva York. Y los republicanos tratarán de quitarles el puesto en las elecciones de noviembre.
“Estos demócratas mintieron reiteradamente a la gente diciéndole que podrían mantener sus planes de salud bajo el Obamacare. Los planes cancelados y las primas más altas demuestran que no se puede confiar en que cumplirán sus promesas”, dijo el Presidente del RNC, Reince Priebus. “Estamos pidiendo a los votantes que hagan que los demócratas que compiten en el 2014 respondan por su deshonestidad”, añadió.
Interesantes conceptos: honestidad, política y promesas incumplidas. Pero —igual que cuando los republicanos convirtieron a la nueva ley de salud en una telenovela de internet— el tema sigue siendo el mismo: este país necesita mejorar el acceso a la salud de sus habitantes. Oponerse al cambio es fácil. Hablar sólo de los aspectos negativos de la ley sin ofrecer alternativas es poco ético.
Somos la única nación industrializada donde la salud es un privilegio. Tenemos uno de los sistemas de salud más caros y segregados del mundo.
Y lo único que escuchamos de quienes se oponen a la ley es que este país no puede permitirse proporcionarle seguro de salud a todos sus ciudadanos.
Según el Commonwealth Fund, un 37% de los estadounidenses no siguen las recomendaciones de los médicos debido a los precios, y un 23% dicen tener dificultades a la hora de pagar las facturas médicas. Dado que un 75% de los consultados por el Fund dicen que el sistema de salud precisa un cambio profundo, ¿por qué la industria y tantos republicanos se aferran al actual status quo?
Acepto el juego político, pero que no jueguen con la salud.