Washington, 19 feb (EFEUSA).- Una estrategia para “combatir la inmigración ilegal” es expedir visas de trabajo para indocumentados que ocupen plazas laborales consideradas “poco cualificadas”, publicó en un reporte de febrero de 2014 el Instituto de Políticas de Inmigración.
Según el Instituto de Políticas de Inmigración, el modelo de expedición de visas laborales debe tener un equilibrio con los intereses de los trabajadores locales, así como con las ventajas sociales y laborales que reciben de las comunidades.
El organismo, especializado en el tema, indica que en lugar de fomentar la ilegalidad es necesario encontrar canales legales para satisfacer la demanda laboral de las entidades del país.
“Facilitando el acceso a visas legales se puede abordar este problema, pero debe mantener un balance con los cálculos de la robusta demanda laboral”, señala el reporte, titulado “Frenando la influencia de los malos actores en la inmigración internacional”.
Según el Instituto de Políticas de Inmigración, el modelo de expedición de visas laborales debe tener un equilibrio con los intereses de los trabajadores locales, así como con las ventajas sociales y laborales que reciben de las comunidades.
El reporte, publicado por el presidente del instituto, Demetrios G. Papademetriou, menciona que el modelo de trabajadores indocumentados continuará en el país si los patrones los siguen contratando.
“La inmigración ilegal es alimentada en gran medida porque los trabajadores indocumentados encuentran empleo en los países que buscan”, señala el documento, en el apartado denominado “Combatiendo el trabajo ilegal”.
La organización, con sede en esta capital estadounidense, señala en su publicación que para crear un esquema de empleos legales los legisladores deben también castigar a los empleadores que contratan indocumentados.
Un estudio de 2012 de la Universidad de Texas A&M encontró que los granjeros que emplean mano de obra inmigrante producen más de las tres quintas partes de leche de Estados Unidos, y que sin mano de obra inmigrante esa producción sufriría una fuerte caída.
Pese a que el Senado aprobó en junio una reforma integral del sistema migratorio, que incluye el refuerzo de la seguridad de la frontera con México y abre una vía para que los indocumentados adquieran la ciudadanía estadounidense, la Cámara baja, de mayoría republicana, se ha opuesto a analizar el documento en su totalidad y prefiere un enfoque por partes.
Los legisladores republicanos han mantenido firme su postura sobre la reforma migratoria y en los principios que han consensuado rechazan la posibilidad de que se conceda la ciudadanía “a individuos que han violado nuestras leyes”.
En el documento sobre sus principios respecto a la reforma migratoria propuesta por el gobierno, los republicanos abren la posibilidad de regularización de los indocumentados si cumplen requisitos como que admitir su culpa, pasar controles rigurosos de sus antecedentes, pagar multas e impuestos atrasados y ser capaces de sostener a sus familia, entre otros.
Los republicanos, sin embargo, se muestran a favor de conceder la ciudadanía a quienes hayan servido en las Fuerzas Armadas y a los llamados “soñadores”, a quienes consideraron niños que no pueden ser castigados por los errores de sus padres.
Luego de que esta promesa no pudiera salir adelante en su primer mandato, el presidente Barack Obama ha considerado la reforma migratoria como una prioridad para 2014.
Al mismo tiempo, durante su administración se han deportado a cerca de dos millones de personas del país; cifra récord en la historia de la aplicación de las leyes migratorias.