Resulta habitual encontrar despropósitos en los rótulos bilingües de EEUU. Uno de los más frecuentes es el ubicuo “Los violadores serán perseguidos,” (Violators will be prosecuted) que sólo recientemente ha sido sustituido por variantes con diverso grado de acierto o disparate.

"Traducción" de un letrero e Estados Unidos
Si bien estos errores o erratas pueden derivar en el absurdo, lo críptico o lo cómico, según el grado de transcripción del inglés al español, otros pueden llegar a implicar consecuencias menos triviales que contradicen el mensaje original, o que involucran motivaciones racistas. No es lo mismo informar sobre consecuencias legales de determinadas infracciones en la parte en español, pero no en la sección en inglés del mismo letrero.
Si bien estos errores o erratas pueden derivar en el absurdo, lo críptico o lo cómico, según el grado de transcripción del inglés al español, otros pueden llegar a implicar consecuencias menos triviales que contradicen el mensaje original, o que involucran motivaciones racistas. No es lo mismo, por ejemplo, “Cuidado de perros” que “Beware of dogs.” Y tampoco es lo mismo informar sobre consecuencias legales de determinadas infracciones en la parte en español, pero no en la sección en inglés del mismo letrero. Ése fue el caso de las advertencias ubicadas frente a los columpios del distrito escolar de Milford, en el estado de Delaware. Mientras el rótulo en inglés advertía sobre la necesidad de que los padres fueran responsables de las actividades de sus hijos, en el rótulo en español se exigía permiso para jugar en el parque y se advertía de consecuencias legales al respecto, criminalizando a los usuarios hispanohablantes. ()
Algunos de los ejemplos más habituales de despropósitos tienen que ver, paradójicamente, con advertencias vinculadas a protección y seguridad, o mejor acaso, “inseguridad,” oscureciendo el mensaje o creando confusiones que llegan a veces a desarticular su intención misma. Dado el descalabro habitual en estos rótulos, los voy a clasificar en cuatro categorías, a menudo interconectadas: errores ortográficos y tipográficos; errores de tipo gramatical; variantes idiomáticas que pueden llevar a confusión; y advertencias cuya traducción implica un mensaje definitivamente confuso, absurdo o críptico.
Entre los segundos, errores de tipo gramatical, abunda la utilización incorrecta del subjuntivo, por ejemplo en el caso “This lock-tag may only be removed by/ Esta etiqueta pueda ser quitada solo por.” También es común la traducción errónea del mandato “No trespassing,” que aparece con frecuencia como “Se prohibe trespasar,” o “No traspasan.” Entre ejemplos de confusiones derivadas de variantes idiomáticas se encuentra la referida a la advertencia en inglés “No smoking, eating or drinking,” traducida a veces como “No fumar, comer o tomar.” Si el verbo “tomar” aparece definido en el diccionario de la RAE (Real Academia Española) con la acepción latinoamericana de “ingerir bebidas alcohólicas,” lo cual en sí no se atiene a la prohibición del letrero referida a todo tipo de bebidas, el mismo verbo también podría ser entendido bajo otras acepciones improbables pero vigentes señaladas por la RAE: “Dicho del macho: cubrir a la hembra.”
En cuanto a variantes definitivamente absurdas o crípticas pueden encontrarse ejemplos tales como los siguientes: “Contruction Site: Keep Out / La construcción Sitio: No entrar;” o “High voltage: Keep Out / Subsistencia de alto voltaje hacia fuera.”
A propósito de la intención de todo traductor o traductora, Steven Strange afirma lo siguiente: “The translator, as a trustee of linguistic transference, constantly seeks clarity of thought when [s]he engages in interpretation or translation. . . Such efforts are needed to enable the transference of understandings from one culture to another”. Ésa es, en principio, la intención de los rótulos bilingües. No obstante, el presunto afán de rectitud queda diezmado por la falta de preocupación gramatical o desidia absoluta por la precisión en el mensaje, una falta auspiciada por los supuestos expertos en español. Aquí algunos ejemplos:
“Our multi-lingual experts will translate your message”: “Padres, por favor, no permiten sus niños jugar con las secadoras…”
http://www.mysafetysign.com/custom-bilingual-safety-signs
“Juan me da los flores”:
http://spanishlearningcentreblackpool.blogspot.com/2012/01/rid-order-when-you-have-two-object.html
“Aviso al Cliente. Si se habla español….” (véase imagen)
Otros tipos de errores, deliberados o no, responden a injerencias entre el inglés y el español, bien por una práctica coloquial del llamado y ubicuo “espanglish” o por una voluntad de atraer a un público hispano, como el caso más común de “Yo Soy el Army,” utilizado por el ejército de EEUU a modo de estrategia de reclutamiento.
Si este tipo de carteles no parece provocar polémica alguna, ése no es el caso de los anuncios escritos exclusivamente en español. Tal fue la situación de la propaganda en Los Angeles llevada a cabo por McDonalds:“Todos tenemos un lado dulce,” afirmaban gigantescos carteles publicitarios a propósito del café moca de la citada entidad. El inocente mensaje fue recibido con acritud por parte de activistas estadounidenses contra la inmigración “ilegal,” (léase, inmigración hispana). “It’s a violation of our American creed,” afirma Raymond Herrera, portavoz y presidente de la cruzada californiana anti-inmigración. Y continúa: “One of the major components of our American creed, core values of the American creed, is the English language … It is what gives the American people the sense of community. It’s how we interact with everybody.”
http://www.examiner.com/article/mcdonald-s-ad-spanish-provoking-sparks
Innecesario resulta advertir que más de la mitad de la comunidad donde se encontraban los citados carteles es hispanohablante y por lo tanto se comunica e interactúa en español como primer idioma. A esa realidad apela el controvertido anuncio de McDonald’s. La respuesta de Carlos Rodriguez, representante de McDonald’s en la región, fue contundente y conciliadora: “I expect most people will agree that supporting diversity is not only good for business, but it’s also good for our community. Rest assured, it is never our intention to offend anyone.”
La intención de no ofender en un contexto de más de 50 millones de hispanohablantes en EEUU no parece ser la premisa de advertencias como la apuntada al principio de este artículo, por la cual se criminaliza a los usuarios hispanos del parque infantil, en una reminiscencia de la segregación racial en este país hasta los años 60, como tampoco importa a anuncios cuya falta absoluta de coherencia implica un desdén completo al idioma español y a su comunidad hispanohablante. (Imagen aquí de “La Cancha de Tenis Gobierna”)
A propósito de los disparates vinculados posiblemente al abuso de traductores electrónicos, hay que advertir, sin embargo, que el grado de acierto de estos programas digitales ha mejorado considerablemente, como es el caso del popular Google Translate. El citado programa traduce correctamente “Beware of dogs” como “Ten cuidado con los perros;” o “No trespassing” como “Prohibido el paso,” con variantes siempre acertadas. El ubicuo “Violators will be prosecuted” todavía se presenta con errores en su traducción al español, pero se aproxima a su acepción correcta: “Los infractores serán perseguidos.” En cuanto a la frase que inspiró la presente comunicación o exhibición de disparates, “Post no bills,” cuya traducción apropiada sería “Prohibido fijar carteles,” Google traduce: “No fije ninguna cuenta.”
La citada traducción, que mantiene el esquema de los rótulos que pueden encontrarse por Nueva York (Post no bills/No fije ningunas cuentas), se mantiene, por lo tanto, desajustado y cómplice acaso de un despropósito que quizás responda a una intención última de desprestigio deliberado hacia una lengua no deseada (como lo es la herencia histórica hispánica en EEUU), y que por lo mismo se percibe en contra del “American creed” en que insistía Raymond Herrera.
Como contrapartida, les dejo con un letrero que encontré en Puerto Rico. “La humanidad se divide en dos grandes grupos: los latinos, y los que nos envidian.”
Tina Escaja es catedrática de español en la universidad de Vermont en EE.UU. Este texto es parte de una presentación hecha durante el I Congreso de la Academia Norteamericana de la Lengua Española de EE.UU., el 7 de junio de 2014.