La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, conoció a su nieto Guido, sustraído durante la última dictadura militar en Argentina, luego de dedicar casi la mitad de su vida a encontrarlo, anunció el miércoles la organización.
“Abuelas de Plaza de Mayo informa que felizmente Guido Montoya Carlotto ya pudo abrazar a su familia, que lo buscó sin pausa y de forma incansable durante 36 años”, informó Abuelas en un comunicado publicado el miércoles por la noche en Facebook.
Agregó que el encuentro “íntimo se produjo esta tarde en la ciudad de La Plata”, unos 60 kilómetros al sur de Buenos Aires. Allí tiene su residencia la dirigente humanitaria, de 83 años.
Después de pasar casi la mitad de su vida buscándolo, De Carlotto fue informada la víspera por la justicia que su nieto había sido identificado. El joven es hijo de Laura Carlotto, que durante su cautiverio en 1978 dio a luz al niño, que le arrebataron pocas horas después de nacer. La mujer fue asesinada a balazos por sus secuestradores dos meses después del parto.
Abuelas de Plaza de Mayo busca desde 1977 a los niños nacidos en cautiverio o robados a sus padres detenidos ilegalmente durante el régimen de facto de 1976 a 1983. Con la aparición de Guido, la organización ha recuperado a 114 nietos.
El nieto de la líder de Abuelas es músico y vive en la localidad de Olavarría, 353 kilómetros al sureste de Buenos Aires.
Aparentemente fue criado por un matrimonio de peones rurales, dijo De Carlotto más temprano en diálogo con periodistas.
Abuelas lamentó que haya trascendido la identidad del joven —Ignacio Hurban, según confirmó la justicia— y pidió a “los medios de comunicación, a la sociedad en general, y a la justicia en particular, respetar la intimidad de Guido y sus allegados, para que nuestro nieto pueda encarar el proceso de restitución de identidad con sus tiempos y acorde a sus posibilidades, como se ha hecho con todos los nietos encontrados durante estos 37 años de búsqueda”.
Guido es hijo además de Oscar Montoya, un militante del grupo guerrillero Montoneros que también fue asesinado durante la dictadura. Su identificación fue posible debido a que él mismo se acercó hace dos meses a Abuelas para hacerse posteriormente las pruebas en el Banco Nacional de Datos Genéticos, donde está registrado el ADN de miles de víctimas de la dictadura.
Tras el encuentro entre de Carlotto y su nieto, Abuelas pidió a la justicia que postergue “por el momento todo tipo de convocatoria a Guido, como se ha hecho en otros casos”.
La apropiación de menores durante la dictadura es considerada un delito de lesa humanidad y por lo tanto no prescribe. Al comprobarse que Guido es hijo de desaparecidos se activa una investigación judicial para determinar la responsabilidad penal de sus padres adoptivos.
Sin embargo, la presidenta de la entidad humanitaria señaló más sobre las personas que lo criaron que “es gente de campo, que a lo mejor ignoró totalmente (la procedencia de ese niño), gente muy buena; si hay o no responsabilidad no es asunto mío, es de la justicia”.
Agregó que su nieto fue entregado a un matrimonio de peones por el patrón del campo donde aquellos trabajaban y que desconoce qué explicaciones dio el hombre cuándo les entregó al bebé.